El corazón comercial de Ciutat, reservado a los viandantes, amplía su superficie. La prolongación del espacio peatonal de San Miquel espera reactivar la actividad en la zona, donde aún prosiguen las obras. La mejora, no obstante, ya es visible en buena parte de la calle. Nuevas aceras y alumbrado.

Amandine Chaudemanche acaba de mudarse de Francia. Es propietaria de un pequeño local de comida de su país elaborada por ella misma, inaugurado hace tres semanas. Es uno de los pocos comerciantes que no ha vivido las obras pero opina que la reforma "está muy bien" y que animará este tramo de la calle ya que se podrán instalar nuevas terrazas. Bernardo Meyer es uno de sus clientes y, si bien afirma que todo ha quedado muy bonito, insiste en la necesidad de mantener en condiciones las infraestructuras.

Entre los transeúntes del nuevo Sant Miquel Rosa Miró pasea a su perro. Vive allí mismo y para ella las obras han sido "my pesadas". Considera, sin embargo, que el proyecto será beneficioso para la zona ya que no habrá tanto tránsito, pero lamenta que todo el gasto no se haya invertido en programas sociales.