El Tribunal de Justicia de Balears ha declarado la protección de Es Guix en Escorca, una decisión acertada y que salvará el entorno de un enclave privilegiado en el centro mismo del patrimonio de la humanidad de la Serra de Tramuntana. Con esta decisión se acaba con un proceso en el cual el ayuntamiento de Escorca exigía crear una macrourbanización y destrozar un paisaje natural envidiable, justo al lado del monasterio de Lluc.

No es justo que un ayuntamiento de menos de 300 habitantes decida lo que hay que hacer o dejar de hacer con un legado como la Serra de Tramuntana, protegido por un decreto que lo ampara como un paraje natural único y un referente mundial.

Aun así, a pesar de esta sentencia, la amenaza aún existe, el Govern balear está modificando la ley de espacios naturales que protegía estos lugares, e incluso ha amenazado con eliminar el decreto que protegía los encinares, permitiendo así nuevos proyectos urbanísticos.

Es Guix no es la única amenaza existente en las islas, existen otros casos como los de un hotel en Canyamel, urbanizaciones en Muleta, también en plena Serra de Tramuntana, cala Llamp y cala Carbó, un centro comercial en el único humedal que quedaba intacto en Platja de Palma, ses Fontanelles, y una larga lista de atrocidades que actualmente están amenazando la supervivencia de nuestro entorno natural balear. Éste es el legado de una gestión impropia del territorio y una triste herencia para las futuras generaciones.

Por suerte otra sentencia judicial permitió recientemente salvar el entorno de ses Covetes, tras el cual se ha conseguido restaurar ese espacio e incorporarlo nuevamente a nuestro patrimonio natural, pero con un coste económico muy elevado para bolsillo de los mallorquines, más aún cuando esos recursos económicos eran muy necesarios para paliar los efectos de una crisis devastadora.

Aun así nació a escasos kilómetros de ses Covetes otro proyecto, en forma de macrohotel, que sigue el mismo camino debido a la ineficacia de un ayuntamiento que no tiene otra forma de financiarse para dar servicio a sus ciudadanos que consumiendo nuestro paisaje, sacrificando un entorno natural único. Este hecho demuestra que el actual sistema de distribución de municipios no funciona, son demasiado pequeños y faltos de recursos para atender las necesidades que se merecen sus ciudadanos.