Entre los esfuerzos de marketing para aprovechar el tirón de ventas del día de la madre, ha destacado un video de Desigual. Está estructurado en tres escenas. En la primera una chica se prueba un vestido y se fabrica una barriga de embarazada frente al espejo, en la segunda pincha condones y en la tercera mira con gesto pícaro, triunfante y cómplice a la cámara.

Además de la promoción de la ropa apta para todo tipo de cuerpo, el discurso que subyace no tiene ambigüedades. Viene a decir: "Mi capricho es un embarazo porque me da la gana, porque quiero una barriguita, que mi pareja lo quiera o no me da igual, más aún, ni se va a enterar de cómo lo utilizo y estaré encantada con mi embarazo y mi hijo. Nada de nuestro hijo. Yo me lo guiso y yo me lo como".

En otra ocasión ("Tener un plan", Diario de Mallorca 19/12/12) valoré una publicidad de la misma firma comercial porque sacaba a la mujer de su condición de objeto para poder ser sujeto y protagonista. Pero en este caso esa línea se extrema hasta la aberración de un protagonismo autista y narcisista que aplasta, como en cualquier violación, la voluntad del otro.

Irónicamente para el día de la madre este mensaje expresa la forma más degradada de la maternidad, la concepción como acto banal, como capricho lúdico, como desprecio de todo lo que no sea el propio placer, y lo que es peor aún, como abuso infantil en la medida que ese hijo es utilizado como una marioneta. El conocimiento que la psicología tiene sobre el origen de las patologías mentales sitúa en la actitud con que un niño es concebido y educado sus principales causas. Es algo así como un contrato inicial, un establecer las reglas del juego, un universo simbólico en el que un bebé empieza a existir como ser humano.

La razón por la que la pederastria y la violación son delitos aborrecibles no está en el daño físico sino en el desprecio a la voluntad del otro. Por una simple regla de tres, la posible escena futura del vídeo representaría a un niño con un padre ausente y a merced de una madre incestuosa que lo manipula sin escrúpulos. No puede ser de otra manera si es la misma que manipuló y engañó a su amante para sus fines.

El fundamento para esta predicción se basa en el análisis estructural. El sistema cognitivo y emocional opera en base a estructuras. La situación estructural en que un niño es concebido y luego criado constituye la matriz simbólica que organizará su personalidad. Como si fuese un ADN mental. Los psicólogos vemos que la formación de la personalidad, la autoestima y la autonomía son parámetros opuestos a sentirse un apéndice de la voluntad ajena. Un hijo concebido como propiedad es opuesto a la constitución de una persona independiente y con capacidad de elegir€ "mal acaba lo que mal empieza".

Es importante destacar que la lucha por los derechos de la mujer supone un feminismo, que bien entendido, no debe llevar a una simple inversión del juego. Si la lucha es por defender que la mujer tiene derechos no por eso debe despojar al hombre de los suyos. Sin menoscabar los derechos de la mujer, la legislación actual en temas de derecho de familia tiene por resolver el problema de responsabilidad y derechos del hombre en relación a la paternidad. Las discusiones religiosas, éticas y filosóficas entre quienes reivindican el derecho de la mujer a la interrupción de un embarazo no deseado y quienes adjudican status de persona al embrión son independientes a esta cuestión clínica.