LLega el momento de la verdad en el que deberá destaparse, de una vez por todas, el contenido de las cartas que el Govern, al igual que el resto de administraciones intenta mantener guardadas por lo menos hasta el día de unas elecciones generales a las que, quien más quien menos, se esfuerza en llegar inmaculado. Deberemos entender pues que, en estas condiciones, poco o nada deberemos valorar de cuánto nos digan en campaña electoral. El programa y el presupuesto efectivo empezarán a destaparse a partir del 20N, si bien, porque la necesidad y el tiempo apremian, se van conociendo hechos y cifras suficientemente ilustrativos.

Podemos dar por sentado ya que el tijeretazo en el presupuesto de la Comunidad para 2012 será de alto calado, como mínimo de 700 millones. El Govern ha procurado y se esfuerza todavía en acompasar los contenidos y los tiempos en la divulgación de las medidas –léase siempre recortes– que tiene decido adoptar. De este modo ha ido divulgando que hay concentración de consellerias. cargos y empresas públicas, que se paraliza la concentración de personal interino o la sustitución de funcionarios de baja y que las horas extras, salvo contadas y significativas excepciones, desaparecen del organigrama laboral al servicio de la Administración o, mejor dicho, de una ciudadanía que, por contra, no está afectada por recortes en lo demográfico y a la que la crisis económica aboca a renunciar a preferencias de servicios privados y buscar amparo en lo público. Una situación difícil de cuadrar pues, porque las necesidades sociales no siempre son homologables con las premuras económicas.

En 2011 el Govern ha operado con los 3.384 millones del presupuesto prorrogado de 2010. Bastante batalla política nada práctica se ha hecho de todo ello, pero ahora la pura realidad es que, en el mejor de los casos, se volverá a bajar a niveles presupuestarios de 2007, eso siempre que el crecimiento económico y la consiguiente recaudación tributaria no vuelvan a dar un nuevo batacazo, cosa nada descartable, si atendemos a las previsiones técnicas de los últimos días.

Por tanto, a pesar de que los detalles de las cuentas generales de la Comunidad sigan guardadas bajo siete llaves, deberemos dar por sentado que la inversión pública será mínima.

Uno de los aspectos más llamativos de la situación actual es que los recortes contundentes que se apresta a aplicar el Govern Bauzá son, con parciales diferentes, prácticamente los mismos, en términos globales, que los que tenía en cartera el Govern Antich en el caso de que hubiera logrado renovar la confianza de los electores. El exconseller Manera llega a afirmar que los recortes se avienen en un 95% con los que tiene a punto su colega y sucesor Aguiló. Eso si, el Ejecutivo anterior apuntaba a un ahorro de 410 millones frente a los 857 del actual, pero confiaba en los ingresos del dichoso Plan de Competitividad y del convenio ferroviario de los que ahora ya apenas se habla. Habrá nueva pugna política en este sentido, ya lo verán, porque estamos en campaña y mientras se discuta sobre estos hechos se podrá seguir desviando la atención de los nuevos recortes en ciernes.