¿Cómo es posible que el ingeniero Paul Bouvy -Pablo en sus escritos- sea un personaje casi desconocido en Palma? ¿Por qué sólo tiene una discreta calle -a nombre de Pau- en Sant Jordi? ¿Por qué Palma fue incapaz de dedicarle el monumento que se propuso en los años de la República?

Nació en Amsterdam en 1807 y murió en Barcelona 60 años después. Se graduó en ingeniería en la Escuela de Minería de Lieja. Contratado por la Compañía Catalana de Navegación se estableció en Mallorca para dirigir la explotación de las minas de lignito de la cuenca Alaró-Binissalem. En los años 50 del siglo XIX descubrió las reservas de carbón de Selva.

Palma tiene que agradecerle dos grandes proyectos: uno es la construcción de una galería para mejorar el transporte del agua de la Font de la Vila hasta la ciudad. El otro, probablemente el más trascendental, fue la desecación del Prat de Sant Jordi. A partir de 1845, Bouvy ideó un sistema de canalizaciones y promovió la instalación de molinos de viento para extraer el agua de una zona húmeda que durante siglos había estado en el origen de las epidemias que periódicamente azotaban la ciudad y de los frecuentes casos de malaria.

Es decir, de una sola tacada mejoró las condiciones de salubridad de la ciudad y, sin saberlo, marcó el paisaje y las imágenes de los folletos turísticos con los que la isla se anuncia en toda Europa.

Bouvy también redactó en 1856 los primeros proyectos del ferrocarril de Mallorca y es autor de estudios geológicos sobre la isla y sobre el terremoto del 15 de mayo de 1851.

Francesc Villalonga i Fàbregues (1856-1932), militante del Partit Republicà Federal, fue elegido alcalde de Palma el 15 de octubre de 1931 y estuvo en el cargo hasta junio de 1932. Entre sus obras más destacadas está el inicio del plan de instalaciones escolares, uno de los emblemas del periodo republicano.

Vilallonga quiso impulsar desde la alcaldía un monumento a Paul Bouvy. Le hizo el encargo al arquitecto Guillem Forteza. El lugar elegido era la Porta des Camp, el enclave de la ciudad intramuros que estaba más próximo a su gran obra -la desecación de las tierras pantanosas- El alcalde dejó su puesto y seis meses después -el 3 de diciembre de 1932- falleció, en medio de una gran demostración de dolor popular. Su idea de homenajear a Paul Bouvy murió con él.