Las cinco jóvenes condenadas a un año de cárcel por irrumpir una misa en la iglesia Sant Miquel de Palma con gritos a favor del derecho al aborto han asegurado no estar sorprendidas con la sentencia del Tribunal Supremo: "Prueba la connivencia entre la Iglesia, la justicia española y el Estado".

Dos portavoces del colectivo han llevado a cabo una rueda de prensa esta mañana tras conocerse la sentencia del Supremo que ratifica la pena por los hechos sucedidos en 2014: "No nos arrepentimos", ha asegurado Blanca Dolores, de Alerta Solidària, quien ha recordado que la acción buscaba responder "a la ofensiva conservadora de la jerarquía católica y el PP contra los derechos reproductivos de las mujeres".

Aina Tur, en nombre del Grup de Suport a les Feministes Encausades, ha agradecido las muestras de solidaridad de la sociedad mallorquina y ha reiterado que no han querido "mostrar arrepentimiento" como les solicitó el Obispado al creer en su acción. Han aplaudido que finalmente el gobierno del PP renunció a la reforma de la ley del aborto planteada inicialmente.

Los jóvenes entraron durante la misa gritando proclamas como 'fuera rosarios de nuestros ovarios' y 'aborto libre y gratuito'. Las sentencias han sido condenatorias ya que se ha considerado un ataque al derecho a la libertad religiosa. La condena es de un año de prisión y aunque no entrarán en la cárcel ni les ha supuesto pena de multa, sí les quedarán los antecedentes penales.

Han acudido a mostrar apoyo a las condenadas políticos como los concejales Aurora Jhardi y Aligi Molina; la directora del IB-Dona, Rosa Cursach; o la directora de Igualdad del Consell, Nina Parrón.