Todo vale en la jungla del alquiler residencial, donde la oferta escasea, los precios están por las nubes y algunos tiran de desparpajo para convertir habitáculos ilegales en viviendas. Como un loft ubicado en el polígono de Son Oms que por 600 euros al mes permite disfrutar de vistas privilegiadas a Son Sant Joan. Abstenerse amantes del silencio.

"Junto a la pista del aeropuerto. Aire acondicionado (en experiencias anteriores el ruido de aviones afecta a algunas personas. Sin embargo, a otras no les afecta y duermen perfectamente. Siempre hay aparcamiento cerca. Las opiniones de clientes variadas por el ruido. No hay ruido de vecinos ni de la calle, ya que es un polígono industrial a 700 metros de la playa de Palma y del Acuarium. Precio 450 euros mes luz+agua+recogida basuras+comunidad aparte con tarifa plana de 150 euros más al mes. Fianza dos meses". El anuncio, publicado en el portal inmobiliario Fotocasa.es, fue retirado el pasado lunes porque el propietario ya ha encontrado a un inquilino.

El inmueble está a solo unos metros de la pista de aterrizaje del aeropuerto. Enclavado encima de una de las naves industriales de Son Oms, ofrece una vista panorámica de la torre de control y la plataforma por la que se mueven las aeronaves.

El loft -así lo describe el anunciante- es un habitáculo de 40 metros cuadrados con un baño, una habitación y sin cédula de habitabilidad. Tal como ha comprobado este diario, el local fue durante años un bar que daba servicio a los trabajadores de las naves adyacentes reconvertido ilegalmente en vivienda. De hecho, el inmueble no podría ser legalizado aunque el propietario quisiera por encontrarse situado en un polígono industrial.

La vivienda se encuentra entre locales vacíos y oficinas. Ante la puerta de entrada se abre una explanada ocupada casi en su totalidad por vehículos -el anuncio no miente, es fácil encontrar aparcamiento-. En la parte de atrás hay una nave dedicada al desguace de vehículos, aunque el único ruido que se escucha es el de los aviones sobrevolando el aeródromo.

Solo unos metros separan la vivienda de las instalaciones de un Son Sant Joan que vive un agosto de récord. La actividad en la plataforma es frenética, con decenas de aviones aterrizando o dirigiéndose a la pista de despegue. El nivel de decibelios que llega al inmueble varía en función de la dirección del viento.

La ilegalidad es manifiesta. En el cristal de la entrada al inmueble todavía figura la pegatina que advierte de la prohibición de fumar característica de los bares. También permanece el dibujo de una copa.

En un mercado de alquiler con un parque residencial de mínimos es relativamente frecuente que se 'cuele' oferta ilegal.

Vista de la cocina del 'loft de Son Oms.