El hospital de Son Espases ha batido este 2016 su propio récord en lo que a trasplantes renales se refiere. Ha realizado hasta 54 intervenciones de este tipo superando las 52 conseguidas con anterioridad en los años 2012 y 2015, se congratula Gonzalo Gómez Marqués, coordinador del servicio de Nefrología de Son Espases y responsable de los trasplantes renales en el hospital de referencia, único centro sanitario de la comunidad autónoma acreditado para realizarlos.

"Y aún queda una semana para que acabe el año. Igual mañana conseguimos un nuevo donante y hacemos dos trasplantes más", advierte el especialista que recalca que , sienpre que es posible, de cada donante se trasplantan sus dos riñones.

"Con un solo riñón se puede vivir perfectamente", tranquiliza el doctor Gómez Marqués, que revela también que "en el 99% de las veces solo se trasplanta un riñón" al paciente con insuficiencia renal.

Preguntado sobre qué porcentaje de riñones trasplantados se pierden, el coordinador de Nefrología revela que la estadística habla de que entre el 90% y el 95% de los trasplantados sobreviven al año de la intervención.

Con el transcurrir del tiempo, los riñones trasplantados pueden ir fallando por diversas circunstancias entre las que este especialista cita las reacciones inmunológicas del propio organismo del paciente trasplantado, el rechazo del cuerpo a un órgano extraño.

"Habitualmente se trata de un rechazo crónico, más silente pero mantenido en el tiempo, que provoca que los riñones se agoten y dejen de funcionar", detalla Gómez Marqués, que añade que esta es la causa por la que pacientes con insuficiencia renal se han tenido que someter a estos trasplanteshasta en tres y en cuatro ocasiones.

Volviendo a las 54 intervenciones realizadas en lo que llevamos de año, el nefrólogo revela que ocho de las donaciones han sido en asistolia. Normalmente los órganos de un donante se suelen extraer tras certificar su muerte encefálica, cuando no hay actividad cerebral.

Pero desde el pasado mes de abril Son Espases está aplicando el programa de donación en asistolia controlada que permite beneficiarse de los órganos de una persona que se encuentra en parada cardiorrespiratoria controlada sin ninguna posibilidad de recuperar sus constantes vitales. Previo consentimiento previo de sus familiares, claro está.

Esta nueva modalidad de donaciones -extendida ya por los hospitales de referencia de todo el país tras la acusada disminución de las donaciones tradicionales provocada por el descenso paralelo de los accidentes de tráfico- permitirá aumentar significativamente el número de trasplantes del hospital de Son Espases en un futuro muy cercano.

Si a principios de los años 90 los accidentes de tráfico suministraban el 50% de los donantes de este país, en estos momentos tan solo el 4% de los órganos proceden de estos percances, reveló el propio Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) cuando, en el pasado mes de abril, vino a Palma a promocionar las donaciones en asistolia.

Dos hermanas

Recuperando el tema de los trasplantes realizados en este año en el hospital de la carretera de Valldemossa, el doctor Gómez Marqués añade que dos de ellos fueron de donantes vivos.

En concreto, revela, fueron dos hermanas que cedieron, respectivamente, uno de sus riñones a otro hermano y a una hermana.

Preguntado sobre cuál es el tiempo medio de espera que han de soportar los pacientes que aguardan un riñón, el coordinador de Nefrología habla de entre un año y dos. Y que en estos momentos habrá entre 70 y 80 baleares esperando.

Los órganos obtenidos en las islas son destinados, en primer lugar, a estas personas. No obstante, si ningún paciente balear es un receptor compatible para el órgano disponible, este se ofrece a los que lo están esperando en otras comunidades autónomas. Los intercambios entre las diferentes regiones del país son habituales para evitar que se pierda un órgano que puede mejorar sustancialmente la calidad de vida de una persona.

Sí recalca el doctor Gómez Marqués que es fundamental realizar el trasplante a un paciente que lo necesita antes de que su insuficiencia renal le obligue a someterse a tratamientos ambulatorios de diálisis. "En los últimos diez años, 31 pacientes han sido trasplantados antes de entrar en diálisis, lo que garantiza más calidad y más tiempo de vida al enfermo", aporta otro dato el responsable de este tipo de trasplantes.

El tiempo de supervivencia media de un trasplante renal oscila entre los doce y los catorce años, revela el facultativo antes de añadir que un rechazo de un órgano recién trasplantado solo se produce en circunstancias muy excepcionales. Gonzalo Gómez Marqués concluye ufanándose de que Balears ocupe, en el apartado de estos trasplantes, un nivel medio/alto en el conjunto del país.