Las dos personas que cayeron en la trampa que les urdió Luis Rodríguez Toubes podrán, a partir de ahora, recuperar el control de sus propiedades, valoradas en más de 40 millones de euros. El joven convenció al matrimonio, que carece de hijos, para que inscribieran sus bienes inmobiliarios a su nombre. Esta operación se ejecutó ante tres notarías distintas de Palma, donde se llegaron a firmar las 15 escrituras de donación de estas fincas. Luisito, aprovechándose de la vulnerabilidad de las víctimas, las había convencido de que realizaran esta operación, porque así él podría representar una solvencia económica para que ellos pudieran adquirir más tarde una finca en Llucmajor que les interesaba. Las víctimas firmaron las escrituras convencidas de que las donaciones eran ficticias, hasta que un día se dieron cuenta que Luis Rodríguez Toubes les había engañado y les había dejado sin patrimonio. Desde que denunciaron los hechos estas propiedades han estado intervenidas. Luis no las ha podido vender, aunque lo intentó. Ahora estos bienes vuelven a sus originarios propietarios.