Las empresas familiares aportan el 65,6% del empleo balear y generan de más del 80% de la riqueza creada en las islas por las sociedades mercantiles, según se desvela en el estudio elaborado por la Cátedra Banca March dedicada al citado colectivo.

El informe fue presentado ayer por el director general de Banca March, Alberto del Cid; el presidente de la Asociación Balear de la Empresa Familiar, Rafael Salas; y por el director de la citada cátedra, Rafel Crespí.

Según este documento, el 93,5% de las empresas activas en las islas durante 2014 eran familiares y aportaban el 65,6% de los puestos de trabajo existentes en el archipiélago, tasa que se eleva hasta el 77,9% si se contabilizan solo a los asalariados y sin incluir, por ejemplo, a los autónomos, lo que refleja la relevancia que este colectivo tiene para la economía del archipiélago, aunque muestra también el elevado peso que las pequeñas y las microempresas mantienen en esta categoría.

Un dato a tener en cuenta es que estas empresas son más intensivas en el uso de mano de obra, ya que utilizan una media de 8,2 trabajadores por cada millón de euros generado en 2014, mientras que las que no son familiares reducen esta tasa hasta los 5,5 empleados. Este dato, aparentemente positivo, por cuando supone implicar más puestos de trabajo, refleja también una menor productividad, lo que puede llegar a comprometer su competitividad. En cualquier caso, se destaca que durante los últimos años las empresas familiares han aplicado también menores recortes en sus plantillas.

Menores ingresos medios

En este informese señala que los ingresos medios por empresa son significativamente menores en las familiares que en las que no lo son, y no se han recuperado todavía desde los niveles anteriores a la crisis, lo que refleja de nuevo que habitualmente tienen un perqueño tamaño.

Un aspecto analizado en el estudio es la situación de las empresas familiares que llevan más de 25 años de vida, es decir, aquellas en las que se han realizado ya un relevo generacional o está próximo a acometerse. En este grupo se podrían incluir al 20,2% de las empresas de las islas.

En el caso de estas empresas familiares en continuidad, sus ingresos medios son comparables a los de las empresas no familiares y sus plantillas suelen ser superiores, aunque hay que recordar que se trata de sociedades que han podido incrementar su tamaño a lo largo de los años.

A la hora de analizar las medidas que los Gobiernos deben impulsar para beneficiar a estas empresas, se señaló la nedesidad de mecanismos fiscales que no dificulten el relevo generacional y que ayuden a ganar tamaño y mejorar su productividad.

En este aspecto, Rafel Crespí recordó que el ritmo de creación de empresas familiares es muy alto, pero también lo es el de su destrucción.