Éste curso que acaba de finalizar en el Colegio Sueco será difícil de olvidar para sus responsables y para las familias al haberse generado una fuerte tensión a raíz de los descubrimientos hechos por una serie de padres respecto a los permisos de enseñanza y plazas autorizadas. Tal y como se confirmó desde la conselleria de Educación -que así lo ha advertido al centro- el Svenska Skolan tiene un máximo de plazas autorizadas de 140 y este curso ha llegado a 169.
El departamento ha constatado además que este curso el colegio ha tenido escolarizados alumnos españoles (seis) cuando no puede hacerlo al no cumplir la parte mínima del currículo que marca la norma autonómica para los centros privados extranjeros. Si quieren tener españoles deben enseñar unos mínimos en las dos lenguas cooficiales. Este hecho ha generado inquietud entre las familias de estudiantes españoles, al enterarse de que han estado matriculados en un centro en el que por norma autonómica no podían estar.
Asimismo, estas familias han recabado información con el gobierno sueco -del que depende el centro- para averiguar si tiene autorización para impartir clases en Secundaria como viene haciendo. La conselleria de Educación también ha pedido esta información al Svenska Skolan, al no constar en su expediente. Dos niños que han hecho la Secundaria en el centro han tenido dificultades al volver a Suecia para continuar sus estudios.
Este diario preguntó por estas cuestiones al director del colegio, quien defendió la calidad de la enseñanza e indicó que este diario manejaba información "incompleta" o "falsa". Achacó las críticas a que las nuevas familias no recuerdan los duros inicios del centro y a "intereses espúreos".
El cuestionamiento de la gestión económica y administrativa ha generado tensión en la asociación y varias dimisiones en la junta. El sector más crítico recibió insultos anónimos y amenazas a través de las redes sociales: "Idos del centro y de la isla, oléis mal"; "Si sabes lo que está bien... por tu hija, vete del colegio" y calificativos como "jodidos idiotas de Satanás". Estas familias presentaron una denuncia pero fue archivada al estar mal formulada.
Los padres de entre treinta y cuarenta alumnos del centro no han renovado su plaza para el curso que viene, aunque sigue habiendo lista de espera.
