La presidenta del Govern, Francina Armengol, defendió ayer en Innsbruck (Austria) un modelo turístico que fomente la cohesión territorial y de las distintas regiones de la Unión Europea, con especial hincapié en el modelo del archipiélago balear. Armengol dirigió un debate que analizó el papel de la industria turística como elemento económico y como eje vertebrador de un trabajo conjunto entre los diferentes territorios de la Unión Europea, según informó el Govern.

"Las Illes Balears son una tierra de encuentro de culturas, muy visitada por los europeos", recordó Armengol antes de mostrar su interés en explicar la experiencia de las islas "en temas de turismo, de equilibrio territorial, de necesidad de sostenibilidad y de protección del paisaje".

Resaltó que Balears está preparada para acoger a 13,5 millones de visitantes, pero que "también tiene sus problemas, como tienen muchas regiones europeas". La jefa del Ejecutivo incidió en que "el turismo tiene algunos retos importantes" que es necesario "afrontar conjuntamente".

"Hay que trabajar muy bien la huella ecológica que deja el turismo intensivo en muchas regiones de Europa", resaltó Armengol quien consideró que es preciso prestar especial atención a "cómo trabajar la sostenibilidad del paisaje y del territorio".

Junto a ello, la presidenta del Govern, quien también preside la Comisión de Recursos Naturales del Comité de las Regiones de la UE, destacó la importancia de "servir mejor a los ciudadanos y alimentar el espíritu europeísta" desde el "principio de subsidiariedad que es fundamental en la UE". En este sentido apostó por "reanudar los principios europeos", hacer más visible a esta comisión y "poder influir mucho más en la toma de decisiones políticas".

"Sería un placer poder escuchar más a los representantes de los poderes locales que, sinceramente, están mucho más cerca de lo que piensan los ciudadanos y de sus problemas", defendió. También apostó por "trabajar mucho todo lo que hace referencia a la economía colaborativa" y "conjugarla muy bien con los derechos de los ciudadanos a tener una vivienda y una residencia a un precio asequible", una cuestión sobre la que recordó que "en algunas ciudades europeas se están creando problemas en este sentido".