Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Abraham Haim: "Dar la nacionalidad a los judíos sefardíes traerá prosperidad y beneficios para España"

"El ´Call´ judío de Palma está poco señalado, pero los baños árabes están indicados por todos lados"

Abraham Haim, ayer en un hotel de Palma. El historiador está de visita esta semana en Mallorca. m.f.

-¿Cuántos sefardíes quedan en todo el mundo?

-No se sabe el número exacto, pero son minoría. Se cuentan por miles, no por millones. La definición clásica de sefardí se refiere a los descedientes de los judíos que fueron expulsados de España el siglo XVI y cuya lengua materna es el judeoespañol. Por razones geopolíticas y culturales ahora se incluye también en esta denominación a los judíos orientales, de Irán, Irak... Hay dos grandes ramas del judaísmo hoy: la ashkenazí, mayoritaria; y la sefardí, que incluyendo a los orientales debe ser un 10%.

-¿Algunos aún tienen el judeoespañol como lengua materna?

-Los más jóvenes que ya no nacieron con esta lengua como materna, sino con el hebreo. Yo nací a principio de los cuarenta y aún se lo oí a mis abuelos maternos en casa. Mi madre fue criada en ladino, pero a mí me hablaba hebreo.

-En junio del año pasado se aprobó de forma definitva la ley que reconoce a los sefardíes el derecho a tener la nacionalidad española. ¿Qué significado tiene este reconocimiento?

-No es nuevo. En 1924 un decreto de Primo de Rivera otorgaba la nacionalidad a los sefardíes que la solicitaran. El plazo era hasta 193o, mejor que ahora, que es de tres años que se pueden prolongar. En aquel momento, se aprovecharon inmigrantes de Turquía y los Balcanes y después sirvió a las iniciativas de algunos diplomáticos españoles para salvar judíos durante la II Guerra Mundial, como Ángel Sanz-Briz, 'el Ángel de Budapest'. Se aprovecharon de esa norma para otorgar pasaportes. El régimen de Franco no era aliado del oeste, pero en esas páginas oscuras fue un punto de luz que España contribuyera a salvar a miles de judíos.

La historia de España y el pueblo judío se resume en tres palabras: encuentro, desencuentro, reencuentro. Y ahora estamos en pleno reencuentro y esta ley aprobada el año pasado es el punto más importante de este proceso. Esta ley no es para hacer justicia con los judíos, hablamos de hace más de 500 años, es un reencuentro con los españoles que, como dice Ángel Pulido, se quedaron sin patria. Esta ley en los términos del siglo XXI y de normalización de relaciones entre España e Israel ayuda mucho y abre una dimensión nueva.

-¿Cuántas personas han iniciado este proceso?

-No se sabe, está en marcha. Yo, desde hace tres años soy el presidente del Consejo de la Comunidad Sefardí de Jerusalén y tengo la potestad de sacar certificados al solicitante, después de haber investigado y haberlo entrevistado, de certificar que su familia es de origen español y que fueron expulsados de España y se instalaron en Sarajevo, en Salónica... y después llegaron a Tierra Santa. Esa es mi tarea. El solicitante tienen que conocer el español moderno, hacer un curso si no sabe, y demostrar vínculos con España. Los más mayores se desaniman por el tema del examen y muchos ya no empiezan.

El culmen de esta ley puede ser que sefardíes vengan aquí, compren casas, que las instituciones públicas y privadas estrechen los lazos... Puede ser un beneficio, prosperidad para la sociedad española o balear. Yo de momento ya he entregado 70 certificados, y tengo varias solicitudes pendientes.

-¿Está bien preservado el legado judío en Mallorca?

-Hay cosas, pero la mayoría han desaparecido. En Palma no hemos visto ninguna placa explicativa, solo algunas flechas, pero muy pocas, mientras que los baños árabes están indicados por todos lados. Cuando los municipios restauran un barro judío no es por hacer un favor al pueblo judío: lo hacen porque se identifican con ello y saben que es una parte integral de su pasado, no algo ajeno. No se puede entender España y su historia sin el triángulo de las tres culturas.

-El presidente de la fundación Shavei Israel, Michael Freund, reclamó a la Seu que devuelva objetos rituales judíos que expone en su museo, como los Rimonim. ¿Cree que deben ser devueltos?

-No tiene sentido. Si comenzamos este proceso cada uno comienza a exigir cosas y entramos en un callejón sin salida.

-En 2011 la autoridad rabínica Rab Karelitz concluyó que los 'chuetas' mallorquines son auténticos judíos. Como tales, tienen derecho a solicitar la ciudadanía israelí, ¿sabe si alguien la ha pedido?

-No lo sé, pero si son judíos auténticos, el reconocimiento de la nacionalidad es automática por la Ley de Retorno, aunque hay que vivir en Israel, no en la diáspora.

-¿Habrá solución algún día al conflicto árabe-israelí?

-La tragedia corresponde más ahora a los palestinos. Se habla hoy de dos estados en lo que era Palestina, esta solución de los dos estados fue confirmada por la ONU en 1947 y Jerusalén se declaró ciudad internacional. Todo el liderazgo árabe de aquel entonces, y sigue hasta hoy en términos parecidos, fue muy radical y no quiso comprometerse. El liderazgo israelí sí aceptó esa resolución: pensaba que eso mejor que nada. Los árabes lo boicotearon y empezaron la guerra. Murió un 1% de la población judía, 6.000 personas. Yo no discrimino entre sangre y sangre, pero imagínate eso pensando en la población española.

Luego se creó el estado de Israel con mejores fronteras del plan inicial e incluyendo una parte de Jerusalén, que hoy ni siquiera los aliados de Israel reconocen como capital oficial del Estado. El afán de los árabes de tener todo o nada ha llegado hasta las últimas décadas. Con el tiempo, los palestinos aceptaron los dos estados, pero pidieron Jerusalén del este como capital de Palestina, algo que ningún gobierno israelí aceptará: no se creará una nueva Berlín.

-Pero los asentamientos colonos no han parado de crecer.

-Los judíos ortodoxos dicen que tienen derecho y deber de colonizar Tierra Prometida. Y fue un gran error que tras la Guerra de los Seis Días, con la euforia, empezaran a surgir colonias por todas partes, como si allí no hubiera habido otro pueblo. No sé qué pasará en cinco años, pero ahora, hoy, yo creo que no va a haber ningún acuerdo entre árabes e israelíes. Creo que habrá evacuaciones de colonos, pero serán parciales, no se volverá a evacuar a todos los colonos de una zona como se hizo en la franja de Gaza. Y menos mientras haya movimientos terroristas, ¿cómo negociar con ellos? Estamos bloqueados. Y nosotros al menos tenemos un Estado, ellos no: es una tragedia palestina.

-Otro conflicto vecino: el de Siria, ¿ve el fin?

-Igual no llegará nunca la solución a Siria, y mientras la población civil no para de sufrir: cada 20 minutos muere alguien. Espero que ahora se haya olvidado por fin el concepto de 'primavera árabe'. Se habló tanto de que iba a traer la democracia al mundo árabe, me acuerdo de Obama diciéndolo en El Cairo... Pero el mundo árabe no es como Europa, el Islam es muy complicado y por eso es terreno para regímenes fuertes. El Islam tiene ventajas también, pero no tiene la noción democrática, es difícil.

-¿Israel acoge refugiados?

-Creo que los heridos entran para recibir tratamiento médico, pero luego no se pueden quedar a vivir.

-La ONU ha solicitado a Israel que devuelva a Siria los Altos del Golán, que reclaman tanto Al-Assad como los rebeldes. Si algún día acaba la guerra siria, ¿puede abrirse ahí un nuevo frente?

-El primer ministro Netanhayu ya ha dicho que no se devuelven. Hubo negociaciones con el padre de Al-Assad, pero no sabemos los detalles. Tienen que poner unas condiciones muy favorables para Israel, o si no no aceptará por razones estratégicas. Eso sí, se puede desmilitarizar la zona o que Israel haga un arrendamiento jurídico de la zona por cien años, aunque no se le reconozca como territorio soberano.

Compartir el artículo

stats