Escola Catòlica pide a Educación más "flexibilidad" a la hora de reservar plazas para alumnado inmigrante: solicita que no sea un número fijo para todos los colegios sino que pueda variar de un barrio a otro según el contexto. En esta línea han ido las alegaciones presentadas por la patronal mayoritaria a la orden de admisión de alumnos que se está debatiendo ya en el Consell Escolar.

La entidad asegura que apoya una "escolarización equilibrada" y quiere "colaborar para evitar que se creen guetos en los centros" como ya han hecho en Inca o en Manacor, pero también defiende el derecho a la libre elección de centro; un derecho que consideran que podría verse vulnerado por la reserva de plazas "estandarizada" que pretende el Govern , según explicó a este diario el presidente de Escola Catòlica, Bernat Alemany.

Según el borrador de la orden de admisión de alumnos que quiere aplicar Educación a partir del próximo curso, los colegios públicos y concertados deberán reservan hasta finales de septiembre un mínimo de cuatro plazas por clase en los grupos de niños de tres años (primer curso del segundo ciclo de Infantil) y un mínimo de cinco plazas por clase en los cursos sucesivos para los alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE), categoría que incluye al alumnado nouvingut, así como a los estudiantes con necesidades especiales (con discapacidad psíquica, por ejemplo) y a los niños superdotados. Los estudiantes de otros países u otras comunidades autónomas representan a la mayoría de alumnado NESE del sistema balear.

Las plazas reservadas para estos estudiantes aumentaría, ya que según la normativa actual (de 2012) hasta ahora los centros solo debían bloquear tres plazas para alumnos NESE en todos los cursos educativos y solo hasta junio, no hasta septiembre.

Una batalla de años

Escola Catòlica históricamente ha estado en contra de que se reserven estas plazas hasta septiembre. En 2008, la consellera socialista Bárbara Galmés ya trató de que tres plazas quedaran bloqueadas para los estudiantes inmigrantes hasta septiembre, pero se encontró con el rechazo de la patronal concertada y de quien por entonces era socio de Gobierno del partido socialista: Unió Mallorquina.

La hoy extinta formación regionalista presionó al PSIB y finalmente logró que la reserva de plazas para estudiantes nouvinguts se mantuviera solo hasta junio. Se alegó que esta reserva perjudicaba a las familias mallorquinas que quedarían todo el verano sin saber si finalmente habían logrado plaza en el colegio deseado.

El borrador se encuenta ahora mismo en el Consell Escolar, que el lunes celebrará una comisión de trabajo sobre las enmiendas presentadas a este borrador por las patronales; la UIB; los sindicatos STEI-, CCOO y UGT; COAPA y la vicepresidenta del órgano de consulta, Joana Maria Mas.