Air Berlin salvará la mayor parte de su plantilla en Palma. Pese a que la reestructuración de la compañía conllevará la cancelación en próximos meses de todas las rutas desde Mallorca a destinos peninsulares, y pese a que eso supondrá el fin de la actividad de el aeropuerto de Son Sant Joan como punto de conexión principal de Air Berlin entre el norte y el sur de Europa, la aerolínea conservará una importante estructura en la isla. Según fuentes de la compañía, solo uno de los departamentos de la aerolínea en Palma será totalmente cerrado. Se trata del que se encarga del movimiento de grupos, en el que trabajan 18 personas, a las que ya hace unos meses se les ofreció seguir con sus funciones, pero en Alemania.
Hasta allí se trasladará la actividad de ese área, que se reestructura para agruparse en los centros de referencia de la compañía en Berlín y Düsseldorf. La concentración de recursos en Alemania, Suiza y Austria, donde la aerolínea tiene su clientela principal, es de hecho una de las claves de la estrategia anunciada la semana pasada por el consejero delegado de Air Berlin, Stefan Pilchner, que hizo público un plan para ahorrar 400 millones de euros en 2016, tras haber sufrido cuantiosas pérdidas en cinco de los seis últimos ejercicios.
La situación de la aerolínea es límite, como ha reconocido varias veces en los últimos meses el propio consejero delegado de Air Berlin. Asediada por un aumento brutal de la competencia de compañías low cost como Ryanair, Vueling, Germanwings o EasyJet, y lastrada por una estructura de recursos técnicos y humanos que permite dar servicios de altísima calidad pero impide bajar los precios para competir, la aerolínea ha decidido abandonar las rutas en las que la competencia hunde la rentabilidad.
Es el caso de todas las rutas españolas, en las que la guerra de precios lleva meses de escalada, con el fuerte crecimiento de Vueling y la apuesta de Ryanair y Air Europa por mantener el pulso. El cronograma de Air Berlin pasa así por cancelar ya a principios de año sus conexiones con Alicante, Sevilla, Valencia y Eivissa, para después cerrar paulatinamente, hasta marzo, las rutas de Bilbao, Alicante, Valencia, Jerez, Sevilla y la que lleva a la capital del sur de Portugal, Faro. Después operará en esas conexiones en código compartido con otras aerolíneas de la alianza One World, es decir, con Iberia en el caso de los destinos nacionales.
Destino directo, nada más
No obstante, la compañía sigue apostando fuerte por Palma, aunque de otro modo. Con el desmantelamiento del hub del aeropuerto de Palma (ese intercambiador que convertía a la isla en escala casi obligada para los viajeros de Centroeuropa que movía Air Berlin), Mallorca se convertirá en un destino directo más. De hecho, la idea de la aerolínea es reestructurar su oferta con la península. Se eliminarán rutas desde Alemania a otros aeropuertos españoles, aunque se mantendrán conexiones directas con puntos de referencia turística como Alicante y Eivissa. También Palma, claro: el próximo verano Air Berlin promete elevar un 9% la oferta de plazas para viajar a Mallorca desde los principales aeropuertos de Alemania, Suiza y Austria, un despliegue con 500 conexiones veraniegas a la semana.
Esa actividad estival es la que justifica que Air Berlin planee mantener en la isla un centenar de trabajadores, que seguirán en sus puestos en las oficinas de Son Castelló, sede nacional de la compañía. O eso apuntan en la aerolínea, en la que aseguran que la prioridad ahora es buscar soluciones para los trabajadores afectados por el traslado de actividad a Alemania.
También está por ver cómo afecta la retirada del hub de Air Berlin al resto de empresas que le dan soporte a la aerolínea en el aeropuertos. Fuentes del sector afirmaban ayer que el crecimiento de tráfico que está experimentando desde hace dos años Son Sant Joan será suficiente para que las compañías afectadas por la retirada de Air Berlin sigan adelante sin mayores problemas.
Otra cuestión son los efectos en la conectividad. La eliminación de nueve enlaces directos a la península puede resultar un problema para los residentes. Pueden dar testimonio de ello quienes se vieran afectados por anteriores cancelaciones de rutas de Air Berlin, como las de Galicia y Asturias de hace tres años, que tuvieron como efecto una subida de precios dramática y una perdida de enlaces directos. De momento, en el Govern balear le quitan hierro a esta amenaza, confiando en que el mercado y la elevada competencia en el sector aéreo basten para que otros ocupen los huecos que ahora deja Air Berlin.
