­Todas las alarmas se activaron ayer por la mañana en el centro de salud de Son Pisà cuando un paciente de 38 años con fiebre alta refirió que hacía tres días que había llegado de Mali, país subsahariano que todavía no se encuentra libre de la epidemia de ébola.

El enfermo está en estos momentos en la habitación de la zona de aislamiento de Son Espases especialmente montada para afrontar estas contingencias y, hasta ahora, ha dado positivo en una prueba que ha confirmado que tiene malaria. Otras analíticas de este ciudadano fueron remitidas a lo largo de esta mañana al hospital Carlos III (Madrid), centro estatal de referencia de esta patología, con el fin de descartar o confirmar la enfermedad.

Fuentes del Servei de Salut señalaron que el hecho de que haya dado positivo en malaria hace bastante improbable que este paciente tenga ébola y que la alta temperatura corporal que registraba sería debida más bien a esta enfermedad trasmitida por un mosquito y endémica en el África subsahariana.

Añadieron que ya está siendo tratado contra esta patología y que las medidas de aislamiento y de bioseguridad del personal sanitario que le está atendiendo se mantendrán hasta que no lleguen unos resultados del centro de referencia madrileño que descarten la presencia del virus hemorrágico en su organismo.

Todo comenzó cuando el paciente, un varón de 38 años de origen maliense, acudió al centro de salud de Son Pisà con una temperatura corporal por encima de los 38 grados.

Ambulancia forrada

La respondable de coordinar el protocolo de actuación ante un posible caso de ébola en este centro de salud decidió aislarle tras comprobar, durante el interrogatorio al que le sometió, que acababa de regresar de la capital de Mali hace tres días. Inmediatamente después, requirió la asistencia de los servicios de emergencia del 061, que enviaron al centro de Son Pisà una ambulancia forrada de plástico para proceder a su traslado a Son Espases.

En el hospital de referencia no pasó por el servicio de urgencias sino que fue directamente ingresado en la habitación aislada y especialmente diseñada para acoger casos de enfermedades altamente infecciosas ubicada en la planta dos letra I del centro sanitario de la carretera de Valldemossa.

Allí quedó en manos de un amplio equipo formado por especialistas de los servicios de medicina interna, de enfermedades infecciosas, de medicina preventiva y de microbiología, que procedió a interrogarle de manera más exhaustiva y a realizarle la prueba que finalmente confirmó que padecía malaria.

Fruto de este interrogatorio se supo que el enfermo acababa de regresar de Mali, país en cuya capital, Bamako, habría permanecido durante los últimos dos meses. Este hecho no preocupó especialmente a los sanitarios ya que la zona más sensible de Mali en lo que se refiere a la propagación de esta enfermedad se encuentra en la zona fronteriza de esta nación que linda con Guinea.

Mali es, junto a Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia, uno de los países afectados por la epidemia de ébola aunque lleva unos 21 días sin registrar ningún nuevo contagio, por lo que estaría en vías de poder ser declarado libre de esta enfermedad. Como medida de precaución, la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera dos periodos de incubación de la enfermedad (42 días) sin que se registre ninguna nueva infección antes de declarar al país oficialmente libre de esta letal epidemia. El barrio de Son Dameto donde ha aparecido este nuevo caso sospechoso alberga una importante colonia de inmigrantes malienses.