El llamado caso Maquillaje es el primer asunto de corrupción que se descubrió en el Consell de Mallorca y que supuso el fin político de Maria Antònia Munar. En el año 2009 la fiscalía Anticorrupción realizó una serie de registros, tanto en la televisión pública del Consell de Mallorca, como en varios despachos profesionales, así como de empresas audivisuales. Se descubrió que el Consell había tramitado un concurso irregular para beneficiar a Alfredo Conde. Se trataba de un experto en comunicación que había crecido gracias a su influencia política en Unió Mallorquina. Este empresario, cuya esposa casualmente había sido la testaferro de Bartomeu Vicens en su empresa personal, conoció antes que nadie que el Consell pretendía crear una radio pública. Se presentó al concurso y lo ganó, no porque su empresa fuera la mejor, sino gracias a su influencia en Unió Mallorquina.

Si se confirma el auto que ha dictado el juez Castro, Munar encabezará de nuevo un banquillo de los acusados que estará ocupado por varios de sus más estrechos colaboradores. El magistrado ha procesado también a Miquel Nadal, Bartomeu Vicens, Miquel Ángel Flaquer, Miquel Ángel Grimalt, Antoni Moragues, Alfredo Conde y su esposa Elisabeth Diéguez. Los antiguos políticos de Unió Mallorquina están acusados de tramitar, desde sus respectivos cargos de responsabilidad en el Consell de Mallorca, un contrato amañado para beneficiar a un afiliado del partido. Y están acusados también de realizar una especie de "traje a medida" a este empresario para justificar las siguientes prórrogas de esta contratación. El caso Maquillaje fue el inicio del proceso judicial que ponía en tela de juicio la gestión de Munar al frente del Consell de Mallorca.

A raíz de este caso, se descubrió también que Munar había adquirido la mitad de una productora audivisual, que recibió numerosos contratos de la Televisión de Mallorca. Nadal desveló en una declaración en el juzgado que la presidenta del Consell le había entregado en el coche oficial un sobre con 300.000 euros en metálico para que comprara la mitad de la productora Video U. Esta empresa se benefició después con dos contratos para realizar un programa deportivo en la radio que nunca se llegó a emitir, pero que el Consell financió con dinero público.