­La elevadísima presencia de inmigrantes sin papeles entre el colectivo de las prostitutas hace que desde el pasado día 1 sean muchas las que han perdido su tarjeta sanitaria y, consecuentemente, su derecho a acudir a la sanidad pública para hacerse las periódicas revisiones ginecológicas, lo que hace que este grupo se vea especialmente perjudicado por esas medidas de ajuste.

El primer lugar, el ginecólogo de Son Espases y miembro de Médicos del Mundo Miguel Reyero considera imprescindible aparcar muchos de los tópicos que rodean el ejercicio de la prostitución. En concreto, destaca que estas trabajadoras tienen una tasa de VIH y de enfermedades de transmisión sexual bajo e incluso inferior al de la media del conjunto de mujeres residentes en las islas. La explicación es bien simple: adoptan muchísimas precauciones en el ejercicio de su profesión.

Es más, en aquellos casos en los que se ha detectado el sida en alguna de las prostitutas que esta organización atiende, se ha comprobado que solo excepcionalmente el transmisor ha sido un cliente, y que mayoritariamente ha sido contagiada por su pareja, principalmente cuando se trata de su proxeneta.

Precisamente una de las labores más intensas dentro del servicio que ofrecen Cruz Roja, Médicos del Mundo o el Casal Petit es la de mantener un elevado nivel de concienciación entre estas mujeres respecto a la importancia de la prevención.

Pero no se oculta que el deterioro de las condiciones laborales de las meretrices, por el descenso de sus tarifas y el aumento de horas de trabajo para mantener sus ingresos, eleva el nivel de riesgo.

Por ello, desde las citadas organizaciones no se oculta su preocupación ante el hecho de que muchas de estas mujeres hayan perdido su tarjeta sanitaria el pasado día 1, lo que las deja sin derecho a recurrir a la sanidad pública a la hora de hacerse las revisiones periódicas a las que se someten, aunque sí podrán recurrir a los servicios de urgencias.

Según Miguel Reyero, entre las inmigrantes procedentes de Latinoamérica y del Este de Europa existe una elevada concienciación sobre la necesidad de estas revisiones médicas, que en el caso de las africanas no está tan pronunciada. En cualquier caso, no son consultas que resulten baratas económicamente, aunque sí socialmente, dado que suelen ir acompañadas de analíticas.

Médicos del Mundo dispone de un servicio de atención sanitaria para estas mujeres, prestado por personal voluntario, y además dispone de un convenio con Son Espases a la hora de realizar los análisis pertinentes, lo que supone que muchas prostitutas seguirán recibiendo esta atención médica. Pero no se oculta que supone un retroceso de una década, porque esta misma organización llevaba años potenciando el empadronamiento de estas trabajadoras inmigrantes para que pudieran tener acceso a la sanidad pública.

Un aspecto que se subraya es que la crisis ha conllevado otro riesgo añadido en esta profesión: al bajar la demanda, se está dando una cierta flexibilización en la adopción de medidas preventivas ante la exigencia de algunos clientes de realizar prácticas de riesgo a la hora de contratar el servicio, como evitar el uso del preservativo, lo que incrementa su vulnerabilidad. Otro factor en su contra, según se apunta desde Médicos del Mundo, es que la red pública de servicios sociales también se ha reducido, lo que limita las ayudas a las que pueden acceder.