La batalla por las comisiones se ha desatado. Una minoría de profesionales juega sucio. Primer caso. Un cliente toma un taxi a la puerta de un hotel. Pide al conductor que le traslade a un determinado restaurante de Palma. Durante el trayecto, el taxista inicia una conversación con un objetivo concreto, desprestigiar el restaurante elegido. Cuestiona la calidad de su cocina e infunde miedo al cliente con un tajante ´te van a meter un clavo´.

Segundo caso. Un matrimonio de turistas se dirige a un comedor frecuentado desde hace años. Cogen un taxi y al escuchar la dirección, el chófer pone al local como chupa de dómine y les da una alternativa. Los turistas desechan la propuesta y además rebaten las opiniones del taxista. En represalia, el conductor detiene el vehículo a 250 metros de la entrada.

La patronal de restauración Caeb ha detectado varios casos donde taxistas vilipendian establecimientos con el propósito de modificar los planes del cliente para llevarles al local del que cobran una prima. "Nos hacemos un flaco favor como destino turístico", alerta la presidenta de los restauradores, Pilar Carbonell. "Supone un desprestigio para la marca Mallorca y nos dirigimos hacia el ´todo vale´", remacha.

Las comisiones han existido siempre pero no tanto las patadas en la espinilla. Varios establecimientos de Génova y Santa Catalina han visto mermar su caja y atribuyen esta circunstancia a las habladurías de determinados conductores.

En juego hay una bolsa de dinero suculenta. Según ha podido saber este diario, algunos restaurantes abonan a los hoteles seis euros por comensal derivado. En el caso de los taxis, la asignación asciende a tres euros.

"Quiero pensar que no está sucediendo. No creo que sea así", afirma el presidente de la Asociación Autónoma del Taxi, Mateu Bordoy. "Las comisiones están prohibidas, aunque cada uno dentro de su coche hace y deshace. No es fácil de controlar", apostilla Mateu Bordoy, a quien la noticia le pilla por sorpresa. "Lo desconocía", asegura.

Buena marcha de las ventas de viajes en Alemania

La temporada de invierno terminó con una facturación récord para las agencias de viaje alemanas. La tendencia se sostiene. El último informe de la auditora Gfk concluye que las agencias han incrementado sus ingresos en abril un 12,%. En su termómetro sobre la confianza del consumidor alemán,

Gfk confirma un creciente optimismo entre la población germana solo ensombrecido por el temor a la inflación.

La Autoridad Portuaria de Balears quiere reparar su imagen

La Autoridad Portuaria de Balears (APB) se encuentra muy preocupada por la imagen que transmite a la sociedad. El escándalo relacionado con las concesiones de amarres y que han afectado a su exdirector, Angel Matías, no ha ayudado. Para compensar las noticias negativas, se ha contratado una empresa para que elabore un plan de comunicación con el propósito de modificar la imagen de la institución.

El suculento concurso para maletas y pasajeros

Los principales operadores están alerta ante la posible convocatoria de un megaconcurso para la gestión del pasaje y las maletas en el puerto. Las nuevas empresas que quieren meter la cabeza en las fronteras dominadas por la APB lo tienen difícil. Que se lo pregunten al vicepresidente del Fomento del Turismo, Pedro Iriondo. Animado por la compañía Aida Cruises, y en colaboración con un socio, solicitó la licencia para administrar el equipaje de los barcos de Aida. No hubo suerte. "El puerto no puede ser un coto cerrado", critica Iriondo.

Gales sí se toma el cicloturismo en serio

En Mallorca se asocia la promoción turística con una máquina impresora de folletos. Eso estaba muy bien en los años setenta. Gales se ha propuesto publicitar su cicloturismo y para ello ha convertido el perímetro de su costa en la mayor ruta del mundo. Un paseo de 1.400 kilómetros ininterrumpidos. Cuatro quintas partes del trayecto transcurren con vistas al mar. ¿Sería posible algo así en Mallorca?

Un discapacitado no es una maleta

A raíz de un reportaje publicado sobre las mejoras introducidas en el aeropuerto de Palma, los usuarios y los trabajadores encargados de atender a las personas con movilidad reducida (PMR) han expuesto un reguero de reparos. Matías Bosch encabeza la federación balear de personas con discapacidad física y psíquica (Predif). En su federación han recopilado "muchas quejas" contra la concesionaria del servicio, admite Bosch. Carmen Soler preside el consejo territorial de la ONCE y conoce el percal: "El problema reside en la falta de organización, la escasez de personal y la incorrecta discriminación del tipo de discapacidad".