No fue como la nevada del 56 pero lo intentó. Palma ayer se quedó en blanco durante unas seis horas. Todos estaban avisados de la voracidad del frente frío que está asolando Europa, pero todos fueron pillados por sorpresa porque en Mallorca nadie se cree que el parte meteorológico acierte.

"Me he despertado. He corrido las cortinas de la ventana y he visto todo blanco. ¡No podía ni creérmelo". Este microrrelato se escuchó una y otra vez en distintas bocas. La ciudad se volvió niña como muchos de sus habitantes.

Marta Rubico, estudiante y con trabajo en Palma, se echó a la calle cargada de gorros, guantes, botas y desde luego la cámara. Les tenía prometida visita guiada a la ciudad que ha hecho suya a sus dos amigos de Denia Yolanda y Javier, de fin de semana en la isla. "¡Somos de playa y nos parece inaudito ver nieve al lado del mar!", decían. "Estábamos advertidos, pero no imaginamos que sería para tanto". Es como se escuchó entre algunos paseantes: "Una cosa es que nieve en Zamora, Soria o León y otra bien distinta que lo haga en Palma".

La estampa de esta ciudad fundida en blanco fue el mejor despertador. "A las 7 de la mañana tenía que ir al aeropuerto a acompañar a una amiga. Todo estaba oscuro hasta que media hora más tarde empecé a ver que las ramas de los árboles estaban llenas de copos de nieve. Llamé a mi vecina y salimos las dos a la terraza a ver algo que nunca había visto en Palma", cuenta Mariajo Roldán, residente en Palma hace algo más de una década. Vecina del casco antiguo de la ciudad, no se reprimió y tras dejar a su amiga en Son Sant Joan, llamó a una amiga fotógrafa y se fueron a inmortalizar la nevada del 2012 en la plaza Quadrado y otras calles cercanas del casco. Mariajo contempló esta nevada como un regalo: "Ayer cumplí 56 años y una amiga me recordaba cómo fue el ´año de la neu´ en Palma y cómo hicieron un muñeco de nieve en el terrado del edificio de su familia, Can Barceló en la plaza Quadrado", relató.

Licencias

Para captar la imagen de la Catedral, pensaban que nevada aunque no fue así ni muchísimo menos, hubo más de uno que aparcó el coche en la carretera de la fachada marítima. Y se quedaban tan anchos. Al igual que hicieron muchos otros que optaron por estacionar el vehículo en las rotondas hacia la carretera de Valldemossa a su paso por la Universitat de les Illes Balears. Tanto en los parterres del Parc del Mar como en los accesos a la UIB la nieve cuajó los suficientes centímetros como para hacer el pertinente muñeco de nieve. Y desde luego inmortalizar a los críos –de cualquier edad– haciéndolo. Muñecos de todos los tamaños, y con narices que no eran las tradicionales rabizas ni hortalizas pero se les parecían, fueron surgiendo entre el césped blanco de los jardines del Parc de la Mar. Lentamente, a medida que subía la temperatura y cesaba de nevar, los muñecos iban fundiéndose y haciéndose charco de agua.

Sin incidencias

No hubo especiales incidencias según informó la Policía Local. Los servicios de emergencias del Ayuntamiento no tuvieron actividad. La nieve caída al no formar capas de hielos evitó que en el radio urbano haya habido especiales incidencias. Si hubo ligeras molestias, fue en las vías del extrarradio donde algunos autobuses de la EMT tuvieron que detenerse más de una hora y hubo que arrojar sal en las calzadas al final de Andrea Doria, en el camino de Son Rapinya, en el de Génova carretera hacia Na Burguesa y en la carretera de Establiments en el límite cercano a Esporles. Los bomberos estuvieron tranquilos ya que más allá de retirar alguna rama de árbol caída en la vía pública y la caída parcial en un tejado en un centro comercial no hubo más problemas significativos.

Los hijos de Luz Tuseny, Isael e Isac, la levantaron de la cama. "Con este frío, sólo me apetecía quedarme allí metida y tomar un café caliente, pero claro ellos quería ver la nieve", contó este dominicana "impresionada" de algo tan "insólito". Sus críos, de 11 y 9 años, no daban crédito.

Juanjo Morán fue tempranero y salió a retratar un barrio que conoce a fondo sólo que ayer en blanco. "Soy de León y conozco bien la nieve pero en Palma no había vista tanta", señaló este arquitecto. Contó asombrado cómo había visto a unos jóvenes "tapados con una toalla" hacían fotos de la nieve desde el ventanal de su casa en la calle Miramar. El contraste le sorprendió.

Cati Grunfeld, fotógrafa profesional, más que retratar miraba divertida cómo "todo el mundo va a hacer las mismas fotos". Durante años vivió en Deià, "allí sí que he visto nieve de veras", así es que el fugaz manto blanco de ayer no la sorprendió, aunque reconoció que en Palma "es raro" ver tanta nieve.

Entusiasmados, y la conocen muy bien porque son esquiadores, estaban Meritxell Casteller y Miquel Ángel Campomar. Ataviados como si estuvieran en Los Alpes no paraban de mirar la nieve al borde del Parc de la Mar. "A mí la nieve me gusta por su limpieza", apreció él; para ella es una imagen de "romanticismo".

Poco amigo de las nevadas es Andrés Nigorra, quien sí vio la nevada del 56. "Recuerdo que fuimos a verla al Paseo Marítimo, porque resultaba insólito ver el mar nevado". Juzgó que la nevada de ayer ni podía considerársela "histórica", aunque "es especial". Pese a "no gustarme nada el frío", salió a cubrirse con los copos y a retratar estampas de la ciudad blanca.

El Molinar

Daniel Tapia conoce "muy bien" como es la nieve. No la del altiplano Ecuador donde nació sino de Nueva York donde trabajó antes de llegar a Mallorca. Desde bien temprano, a eso de las 7 de la mañana, ya estaba viendo asombrado cómo caían mansamente los copos. Cogió a su hija, la pequeña Daniela, de 8 años, y abrigada hasta arriba se fueron paseando por El Molinar y de ahí hasta la plaza de Cort. "Hemos hechos un muñeco al lado del mar", contaba la pequeña.

Con una sonrisa de oreja a oreja descendía del coche Mari Carmen Llaneras y su hija Leticia. Acababan de llegar a Palma procedentes de Campos. "Queríamos ver la nieve y hasta aquí hemos venido. Estoy alucinada porque ver esto en Palma es muy poco frecuente", decía alborozada la madre. La hija la miraba y reía. "A mí no me gusta la nieve. Me da frío".