Que los recortes que están haciendo los nuevos equipos de gobierno de las instituciones no afectarán a los servicios sociales es un mensaje que ya no se creen unos cuantos padres adoptivos que se beneficiaban del servicio de postadopción del Institut Mallorquí de Afers Socials (IMAS), institución dependiente del Consell de Mallorca que ha decidido externalizarlo para “rentabilizar los recursos y mejorar la eficiencia”, como ha alegado la coordinadora del área de menores y familia del Institut, Teresa Martorell.

Pero Antoni, un mallorquín de profesión liberal que en 2009 adoptó a un niño chino de veintiséis meses de edad, se muestra escéptico ante estas explicaciones dadas desde la institución insular (ver el recuadro de abajo). Por ello encabeza una misiva secundada con 72 rúbricas en la que denuncia que la eliminación de este servicio tal y como estaba concebido desde el año 2006 supondrá “una merma de su calidad incuestionable demostrada a lo largo de todos estos años que ha permitido, además, reducir al mínimo el número de casos de familias adoptivas en riesgo de tener problemas con hijos inadaptados”.

Reubicación

En la carta también se alerta de que el cierre anunciado del servicio de postadopción provocará una pérdida de la continuidad de las terapias en curso así como de la seguridad adquirida por los niños y adolescentes e incluso los propios padres adoptivos respecto a los terapeutas que los atendían hasta el momento.

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