a medicina familiar vive un proceso de cambio, un cambio motivado por la política de recortes que impone la nefasta situación económica. De momento, las tijeras se han aplicado al sueldo de estos profesionales que han perdido unos 8.000 euros anuales y en que los primeros cinco días de vacaciones o de baja de un facultativo no se sustituyen, lo que conlleva una sobrecarga de trabajo para el resto de compañeros del centro de salud. Diario de Mallorca reúne en una misma mesa a cuatro médicos de familia para que transmitan la situación que viven día a día en sus consultas. Los invitados son: Miguel Ángel García Marco, del centro de salud de sa Pobla; José Manuel Valverde, de Marratxí-Pont d´Inca; Tomeu Barceló, de Platja de Palma, y Manuel Sarmiento, de Santa Ponça.

"Estamos abocados a un profundo cambio de ciclo". Así de rotundo se pronuncia García Marco al hacer una radiografía de la situación actual de los centros de salud. Asegura que Atención Primaria cuenta con "estructuras obsoletas que han perdido la eficiencia". "En 25 años no han sufrido ninguna acometida coyuntural y estructural, por ello, es necesario un cambio que dé lugar a unas nuevas estructuras que puedan abordar la demanda de los ciudadanos de manera ágil, satisfactoria y eficiente. En la misma línea se pronuncia su colega Valverde. "La mayoría de nosotros somos de la primera generación de médicos de familia y esta trayectoria profesional larguita nos permite decir que el modelo de centro de salud no ha evolucionado y efectivamente necesita cambios. Hay que retocarlo", añade Valverde.

Y cómo no podía ser de otra manera, la crisis económica sale en la definición que los médicos de familia hacen de la situación en Atención Primaria. Por ello, su "principal preocupación", remarca Valverde, "es que estamos viviendo una situación económica muy difícil y que hay que hacer una buena gestión de los escasos recursos". La tendencia más fácil, dice, es el recorte del Estado de Bienestar en sanidad, educación y servicios sociales. Y esto es "un verdadero peligro". "Es el miedo que tenemos los que estamos en la sanidad pública", destaca.

García Marco rechaza un continuismo en Atención Primaria, es decir, no es partidario de pequeños cambios coyunturales que no llevan a ningún sitio. De hecho, "para bajar sueldos y recortar prestaciones y servicios el más tonto de la clase política vale", añade. "Necesitamos gente que genere nuevas expectativas y para ello hay que empezar invirtiendo en Salud", afirma. "No podemos permitirnos el lujo de que la mayor joya en servicios sociales se nos vaya al traste porque unos incompetentes no saben gestionar", manifiesta.

Por su parte, Valverde tiene claro que si llegan los recortes "afectarán a la calidad de la Atención Primaria". De hecho, apunta que "ya se han hecho algunas cosas peligrosas" como la no sustitución de los cinco primeros días de vacaciones y bajas, lo que genera una sobrecarga al resto de los compañeros. "Esto, añadido a la bajada del sueldo de un 7%, ya nos anticipa lo que puede venir", deja caer este médico de cabecera del centro de Marratxí. De todas maneras, es partidario de no crear un exceso de alarma social porque, de momento, "los recortes afectan a nuestro sueldo, en cuanto a prescripción y a cosas verdaderamente importantes no se han dado".

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