El complejo turístico más grande de Mallorca, los apartamentos Bellevue, ha vivido azotado por los vientos de la controversia. Nacieron marcados por las irregularidades urbanísticas; crecieron bajo la pugna entre el magnate judío March Rich y el expresidente de Banesto Mario Conde; y ahora, en su madurez, son el escenario de movimientos turbios. Tanto, que los administradores concursales han solicitado al juzgado de lo mercantil número dos de Palma asumir las riendas de la compañía tras la detección de "hechos de extrema gravedad".

Las edificaciones levantadas junto a los lagos artificiales de Alcúdia acogen 1.473 habitaciones repartidas en apartamentos de una y dos habitaciones. Desde el año 2000 pertenecían a Marsans, el entramado empresarial del ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y su socio Gonzalo Pascual. Con el hundimiento del grupo turístico, pasaron a manos de Posibilitum, que a su vez los arrendó a la firma andaluza Al Andalus, cuya cabeza visible es el promotor de origen sirio Jamal Satli Iglesias, con negocios en Marbella.

El complejo Bellevue, sumido en un concurso de acreedores, propicia continuas maniobras entre bambalinas. Quiebros y requiebros de mercantiles cuyo hilo resulta difícil de seguir. Entre los más sorprendentes, los administradores concursales denuncian que la empresa propietaria, White Horse –sociedad participada por Hotetur, la cadena hotelera filial de Marsans que ahora pertenece a Posibilitum–, ha intentado engañarles con el fin de que se reconociese a Al Andalus un crédito por un importe superior al real. Si hubiera cuajado ese intento, la compañía habría abonado a la empresa arrendataria de los Bellevue casi un millón de euros más de lo necesario, con el consiguiente perjuicio para los trabajadores y los acreedores. ¿Por qué los dueños querían aceptar un compromiso "falso" de casi 2,8 millones cuando el real era de 1,8 millones?

Pero la relación entre el arrendador (White Horse) y el arrendatario (Al Andalus) ha cambiado en las últimas fechas. Los primeros ya no reconocen el crédito ´inflado´ y buscan una nueva compañía que se haga cargo del Bellevue.

Y así ha ocurrido. Posibilitum, dueña de White Horse, ha firmado con Blue Sea un contrato de 5,5 millones de euros anuales por el alquiler de los apartamentos durante siete años. Esta cadena hotelera mallorquina está integrada por antiguos directivos de Marsans –Sebastián Catalá, Manuel Amoedo, Antonio López y Mina Parés–. Su propuesta espera la decisión del juzgado de lo mercantil. El contrato con Blue Sea es económicamente más sustancioso, pero los administradores concursales se inclinan por la oferta mejorada de Al Andalus porque al tiempo de la firma del documento se entrega en efectivo 3,3 millones de euros. "Se prefiere menos promesa de dinero pero prevalece la seguridad de cobrarlo debido a los avales bancarios", dicen.

A día de hoy, el único contrato vigente es el viejo de Al Andalus, firmado en 2010, y sobre el que pende una demanda de rescisión presentada por los administradores concursales. La propietaria –Posibilitum a través de White Horse–, aceptó un acuerdo "altamente perjudicial" para el complejo Bellevue, dicen estos administradores. "Los réditos que se obtienen son muy bajos si se comparan con los que podía ofrecer el mercado y no permite atender a los pagos de los acreedores", afirman.

¿Por qué los dueños del Bellevue firmaron un trato tan pernicioso para sus intereses? Nada parece claro. Atrás han quedado los contactos entre los administradores concursales y las cadenas Sol Meliá y Riu para que hicieran una propuesta por los apartamentos. O la oferta del grupo Orizonia, que fue desestimada por los administradores concursales pese a ser un operador "reconocido en el mercado", mientras Al Andalus despertaba "dudas" sobre su "solvencia" –que se disiparon con una "investigación" de los concursales–. A la espera de que el vodevil se aclare, el Bellevue arrastra una deuda de unos 120 millones.