Bernardo Obrador, presidente de la asociación de antiguos alumnos del colegio de Montesión desde 2002, explica que, con motivo del 450 aniversario del centro, este año van a tirar la casa por la ventana: el próximo sábado 7 de mayo, a las doce del mediodía, la iglesia del colegio celebrará una misa presidida por el jesuita mallorquín Luis Ladaria, nombrado secretario para la Congregación de la Doctrina de la Fe por Benedicto XVI. Luego habrá una comida de compañerismo en el Palas Atenea a la que ya se han apuntado más de trescientas personas, y un acto principal a partir de las seis de la tarde en el Auditorium de Palma, "abierto a todo el mundo que quiera asistir".

—¿Qué actos han programado en el Auditorium?

—En primer lugar se procederá a la presentación oficial del libro con una conferencia a cargo del jesuita y catedrático de Historia de la Universidad Pontificia de Comillas Manuel Revuelta, una autoridad sobre la Compañía de Jesús que me ha asesorado a la hora de escribir los tres volúmenes de 450 años de historia del colegio de Montesión. Después se proyectará un documental sobre el centro escolar de 55 minutos de duración, dirigido por el cineasta Luis Casasayas, exalumno del colegio que está terminando los últimos detalles del filme. Cerrará el acto un concierto del Orfeón universitario dirigido por Concepción Oliver, ex profesora de Montesión.

—¿Qué respuesta esperan?

—De momento, a la comida ya se han apuntado casi trescientas personas. Y es una celebración abierta a ex alumnos, familiares, amigos y a todo el mundo que quiera asistir. La reunión anual que celebramos cada año se fija el primer jueves de mayo pero en esta ocasión, con motivo del 450 aniversario del colegio jesuita en activo más antiguo del mundo, hemos decidido pasarla al sábado.

—Hablemos del libro. ¿Está teniendo una buena acogida?

—Bastante buena. Son tres volúmenes de más de novecientas páginas cada uno que repasan, año a año, la crónica de un colegio muy vinculado a la historia y a la sociedad de la isla. Se trata de una edición de 1.500 ejemplares que se podrá adquirir también en el propio Auditorium.

—¿Qué precio tiene?

—Ciento cincuenta euros. Pero hay que recalcar que todos los beneficios de la venta del libro se destinarán a nuestro programa de voluntariado Antiguos de Montesión Solidarios, una ONG en la que participan más de cuarenta voluntarios y que prestan ayuda y alimentan a más de 850 familias necesitadas, a más de 2.500 personas de las que 600 son menores de 12 años que lo están pasando muy mal con esta crisis. Colaboramos con el Banco de Alimentos, con la conselleria de Asuntos Sociales con Amadip y con personas que nos ceden los excedentes de sus huertos particulares, naranjas, patatas...

—¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir esta obra?

—Más de siete años de trabajo en los que he tenido que cribar más de 60.000 documentos fechados entre 1561 y 2010. He bebido del archivo histórico del Colegio de Montesión; del archivo histórico de la Compañía de Jesús en Barcelona en el que hallé muchos documentos del colegio mallorquín que rendía cuentas al provincial de Barcelona; del archivo de Roma y de la Real Academia de Historia y de la Biblioteca Nacional de Madrid.

—Cuénteme algunas anécdotas que le hayan sorprendido en estos 450 años de historia.

—Hay muchas. Recuerdo una carta del provincial de Barcelona dirigida al rector de Montesión en el año 1932, poco antes de la expulsión, en la que le recomendaba que tuvieran preparados trajes de seglar y un poco de dinero para facilitar una posible fuga.

—Cuatrocientos cincuenta años de historia, pero Montesión no siempre estuvo dirigido por jesuitas...

—No, pero siempre albergó alguna actividad docente y ostenta el récord de ser el colegio más antiguo de la Compañía de Jesús en funcionamiento. En el siglo XIX fue la sede del Instituto Balear y por las aulas de Montesión, aunque sin presencia jesuítica en la docencia, pasaron alumnos tan ilustres como Antonio Maura, Alejandro Rosselló y Costa i Llobera.

—¿Qué otras sorpresas le ha deparado su investigación?

—Que pese a las escasas dimensiones de Mallorca, los jesuitas montaran en el siglo XVII otros dos colegios en la isla. Uno de ellos el de San Martín, detrás del Paseo del Borne y que tenía como iglesia el actual templo de San Cayetano, que fue lo único que conservó el obispo ya que, en 1767, tras la expulsión de los jesuitas decretada por Carlos III, el colegio y los patios se trocearon y se subastaron entre las familias adineradas de Palma. El actual palacete de Jaume Matas está ubicado sobre el antiguo colegio.

—¿Y el otro?

—El de San Ignacio de Pollença del que quedan la iglesia y la parte antigua del edificio consistorial.

—¿Qué otras instituciones ha acogido el colegio actual?

—Tras la expulsión de 1767 se ubicó en él la Universidad Literaria y, a principios del XIX, sobre 1804 o 1805, la Academia de Artillería de Segovia, que tuvo su base en Mallorca durante tres años tras huir de las tropas napoleónicas. De ello da fe un cadete de la Academia que está enterrado en la cripta del colegio.También albergó el Instituto Balear, la Real Academia de Medicina y el Jardín Botánico.

—¿Cuándo fue devuelto a los jesuitas?

—En 1908-1909, pero no se les permitió volver a ejercer la docencia hasta 1938 gracias a un decreto de Franco para la zona nacional. Comenzaron las clases el 1 de 0ctubre. Hasta hoy.