El sector turístico es la primera pieza del dominó. Una vez que ésta tome impulso, irá empujando a las demás hacia la recuperación. Por eso las organizaciones empresariales de las islas tienen puestas sus esperanzas en que una buena temporada estival durante este año dé el pistoletazo de salida a la recuperación.

Así, se recuerda que si al hotelero le va bien, al igual que a la oferta complementaria que le rodea, se ponen en marcha inversiones y reformas que a su vez impulsan a empresas constructoras o de mobiliario, por citar algunos ejemplos. Y la rueda comienza a girar.

Sin embargo, eso no supone que el camino vaya a ser fácil. Los presidentes de Caeb y Pimem, Josep Oliver y Rafael Rubio respectivamente, coinciden en que la economía isleña no comenzará a alcanzar una velocidad aceptable al menos hasta 2013 o 2014.

Porque la principal herida de las empresas es que su actividad está bajo mínimos de la mano de un consumo que sigue sin consolidarse, tanto por la precaria situación de muchas economías familiares afectadas por el desempleo como por el temor de otras a terminar encontrándose en esa misma situación.

Pero hay además otro elemento decisivo que marca la defunción de muchas sociedades o impide su nacimiento: la financiación. Las empresas que tienen problemas puntuales de liquidez, que hasta hace unos pocos años superaban con petición de un crédito, ahora se ven incapaces de acceder a este balón de oxigeno.

Y lo mismo sucede con muchos emprendedores que desean iniciar su aventura empresarial pero que no encuentran recursos para hacerlo.