La factura que José A. está pagando de la mano de la crisis no es sólo económica. "Para dormir he tenido que recurrir a los calmantes, y llevo dos años de bloqueo mental. A veces me cuesta hacer una simple suma". El estrés generado al ver que no se consigue levantar un proyecto al que se ha dedicado toda una vida concluye en el "panico", según reconoce.

"Lo peor es que la familia también lo paga. Cualquier roce te dispara y la convivencia se hace muy difícil a veces". Y también la vida social se hace muy compleja "cuando se tiene tal empanada mental".

Sin embargo, se comprueban algunas lealtades, como las de algunos proveedores con las que se ha trabajado toda la vida "y que para cobrar están dispuestos a esperar seis meses o un año a que te recuperes". Porque José A. afirma que está dispuesto a volver a trabajar en la construcción, "aunque deberá ser un proyecto interesante y del que pueda obtener rentabilidad, porque ya no puedo asumir más riesgos".

Para ello, buscará financiación entre familiares y amigos, "porque si algo he aprendido es que sólo voy a recurrir a la banca como último recurso". De momento, intenta salir adelante con un nuevo negocio vinculado a la restaurtación.

Y no duda en lanzar agrias críticas contra los actuales gobernantes, "que se dedican a malgastar el dinero público en lugar de ofrecer ayudas económicas o rebajas fiscales a los que llevamos años trabajando para sacar adelante este país".