El educador e investigador de sostenibilidad, Daniel C. Wahl, presentó ayer en el Club Diario de Mallorca el curso Educación de diseño de comunidades sostenibles, que se celebrará a partir de mayo en Son Rul·lan. Es la primera vez que se enseña de forma presencial un curso de Gaia Education en España. En él, los expertos darán las pautas más importantes para crear una Mallorca más sostenible.

—¿Qué es Gaia Education?

—Es un consorcio de educadores procedentes del mundo de las ecoaldeas. Estas ecoaldeas son como laboratorios ecológicos y sociales del cambio hacia la sostenibilidad. Gaia Education lanzó en 2006 un currículum evaluado por las Naciones Unidas y ya se han hecho 67 cursos en 21 países con más de 1.500 graduados.

—¿A quién va dirigido el curso?

—A gente que ya está inmersa en el cambio hacia la sostenibilidad como personas que trabajan en movimientos de consumo, de slow food o ciudades en transición pero también a personal de instituciones públicas que se dedican a la Agenda Local 21 o a la sostenibilidad. No se trata de enseñar cómo se crea una ecoaldea, si no de que puedan aplicar las dimensiones de la sostenibilidad en su entorno laboral y comunitario.

—¿Qué aplicación tiene aquí?

—En sitios donde hay costumbres locales y una tradición de trabajar la tierra, el curso permite revaluar la sabiduría autóctona. Mallorca es una isla con mucha biodiversidad y hasta los años 70 la mayoría de la comida estaba cultivada aquí. Se trata de empujar el cambio hacia formas de la autosuficiencia local para no ser tan dependiente de la importación de alimentos y energía. Mallorca puede tener una autosuficiencia energética con centrales fotovoltaicas. También hay que dar un nuevo calor al sentido de comunidad.

—¿Hay alguna ecoaldea?

—Hay varias iniciativas. Una de ellas es La Casa Comuna que busca sitios para crear una comunidad sostenible. Incluso han hablado con el alcalde de Mancor de la Vall para usar casas del pueblo que estén vacías y mudarse allí para crear una ecoaldea.

—¿Se trata de volver hacia atrás?

—Más que volver hacia atrás, se trata de buscar lo que era bueno, por ejemplo, tenían mucha sabiduría en prácticas de cómo tratar la tierra y combinarlo con las innovaciones tecnológicas.

—¿Qué características tiene Mallorca para ser autosuficiente?

—Es bastante grande, tiene mucha tierra rica para cultivar y mucho sol para la energía. Dos centrales solares podrían abastecer Mallorca. Además es una sociedad muy cosmopolita, para lograr una Mallorca más sostenible debe haber un mayor contacto entre los mallorquines y los ciudadanos de otros países que residen en la isla.

—¿La resiliencia es esencial en una crisis económica?

—Mucha gente habla de la crisis económica pero sin analizar de dónde viene. Saldremos de esta crisis y entraremos en otra como ha venido sucediendo a lo largo de la historia. Los cambios tienen que ser más profundos, no solo se deben ceñir a la economía. La economía es muy importante pero hay que enfocar a cambios sociales, ecológicos y de la conciencia. La crisis que tenemos es porque la economía y la ecología no están conectadas, todos los recursos de la economía provienen de la tierra. Reintegrar economía y ecología es la solución más profunda para salir de la crisis y no entrar en otra tan rápido.

—¿ Y cómo reintegran?

—La globalización es buena pero hay que crear economías más resilientes, tener en cuenta la escala local y protegerla de los cambios que surgen en el mundo. Hay que dar valor a las economías locales y capacitar a la gente para buscarse lo básico de la vida como la comida o la energía. Consiste en crear la capacidad de cultivar los alimentos básicos en la isla. Un 96% de los alimentos consumidos aquí viene de fuera pero al mismo tiempo mucha gente está cultivando productos que no llegan al mercado local. Y otra vez se debe producir una conexión de los productores locales con los mercados locales. Así, una crisis en otro sitio, no afectará tanto a la isla.

—¿Cuáles son las dimensiones de la sostenibilidad?

—La dimensión social, ecológica y económica, además de analizar la visión del mundo. Es un enfoque holístico, se trata de reconectar la gente con la naturaleza.