Mercedes Porcel perdió a su marido y a uno de sus hijos en 1985, pero los otros cuatro ya han ofrecido acogerla en el caso de que pierda su vivienda. Pero ella se niega a dejar el inmueble que ha ocupado durante los últimos 40 años. Cuando se le planteó la posibilidad de vender esta residencia para trasladarse a un piso más pequeño, se negó en rotundo. Porque a sus 84 años se ocupa sin ayuda y sin problemas de las labores de su hogar, según afirma con orgullo.