"Una de las prioridades ha sido evitar que la Vía Conectora se convierta en una barrera para las personas que residen en sus inmediaciones", destaca el director insular de Carreteras, Ernesto Santamaria. Y para ello, se han creado viales de paso con sus correspondientes acercas y tramos para bicicletas, para que puedan cruzar, a diferente nivel del segundo cinturón, tanto peatones como el tráfico de vehículos de la zona.

Santamaria considera que el caso más emblemático será la calle que se creará para comunicar las urbanizaciones de Ses Cases Noves y Son Ramonell (junto a Alcampo), con un paso inferior en el segundo cinturón que tendrá una altura máxima de tres metros y medio para evitar que sea utilizado por tráfico pesado. Sus usuarios serán peatones, bicicletas y automóviles de los residentes en la zona. Algo similar se hará para que los vecinos de Son Sardina tengan una mejor comunicación con Palma, o entre s´Indioteria y Son Reus. También habrá un enlace peatonal sobre la autopista del aeropuerto para que los vecinos del Coll d´en Rabassa puedan acceder paseando hasta la gran superficie comercial existente en la zona.

Pero a todo ello hay que sumar los 17 kilómetros de carril bici que circulará de forma casi paralela al segundo cinturón. El director insular de Carreteras reconoce que no se trata de un trazado que vaya a ser utilizado de una punta a otra, sino como una forma de comunicar las urbanizaciones que se encuentran en las proximidades que permita evitar el uso del coche.

Asimismo, el tramo del Camí dels Reis comprendido entre la carretera de Valldemossa y la de Esporles contará con cuatro carriles soterrados para el tráfico de paso, dejando en la superficie otros dos carriles para los automóviles de los vecinos, con amplias aceras para los peatones y también un eje para las bicicletas.