Llega el verano, se llenan las playas y muchas mujeres se destapan para tomar el sol. El top-less es frecuente durante el estío, pero muchos lo consideran una actividad inmoral. Este es el parecer del Instituto de Política Familiar de Balears (IPFB), que acaba de solicitar que se habiliten playas y piscinas públicas "para uso familiar en unas condiciones de respeto y amparo a la infancia". Con esa finalidad, la asociación pide la prohibición de la desnudez –sea parcial o integral– en ciertas playas del archipiélago. El top-less, por tanto, quedaría relegado a las costas autorizadas.

El presidente del IPFB, Agustín Buades, considera que la exhibición del pecho excede "las normas mínimas de decoro y de respeto por los demás" y ello "preocupa a muchos padres".

Ante esta petición, DIARIO de MALLORCA visitó ayer la playa palmesana de Can Pere Antoni para conocer la opinión de los bañistas. El único partidario del veto al top-less fue Alberto Pallarés. Este estudiante maño afirma que "no le gustaría que su novia" enseñara los pechos, ya que "¿si no que queda para el marido?". Ester del Pino respeta el top-less porque lo ve como "un acto natural", pero no entiende "otras cosas que incomodan más, como dos homosexuales dándose el lote". La profesora Natalia Fernández, quien también está de acuerdo con la desnudez parcial, recogió con una frase el pensamiento mayoritario de los consultados: "A quien no le guste el top-less, pues que no mire".