El doctor Rial cree sin duda que en un futuro los beneficios descubiertos se podrán aplicar a los seres humanos y retrasar así, "muchísimo", el envejecimiento. Este investigador de la Universitat señala que el problema ahora es que la hormona del crecimiento, además de poder ser peligrosa en altas dosis, "es muy cara". Afortunadamente, apunta Rial, la licencia de la hormona del crecimiento sintética está a punto de caducar. En el momento en que sea libre y genérica, "podría ser una revolución". Lo mismo pasa con la melatonina. El siguiente paso será ver qué pasa usando a la vez ambas sustancias: quizás el efecto se multiplique y abra un mundo de posibilidades inimaginables.