El hotelero ibicenco Fernando Ferré, en prisión desde el martes acusado de numerosos delitos fiscales, blanqueo de capitales y delitos contra los derechos de los trabajadores, compró en 10 años 40 hoteles valorados en mil millones de euros(166.000 millones de pesetas) y con fondos procedentes de Andorra, según informó ayer la Agencia Tributaria. Ferré, que cumple la prisión en una clínica privada de Eivissa, está acusado de defraudar 7,5 millones en el impuesto de sociedades y otros 7 millones en el IVA.

Ayer se levantó el secreto de sumario de la operación Trueno y se conocieron nuevos datos sobre la gran magnitud de los hechos investigados. El empresario, defendido por Gabriel Garcías, explota 72 hoteles en Eivissa, Mallorca y Praga.

Muchos de esos establecimientos los compró y otros los tiene alquilados. Según la Agencia Tributaria, el imputado adquirió 40 hoteles en los últimos 10 años con dinero procedente de Andorra, considerado hasta hace poco un paraíso fiscal. Ferré suscribió numerosas hipotecas con varios bancos y por plazos de hasta 50 y 75 años. Las cuotas las iba pagando con el dinero procedente de la explotación, según informaron fuentes próximas al caso.

180 millones de deuda

Ayer también se supo que el holding de Ferré, Grupo Sol y Playa (GPS), arrastra una deuda con los bancos de 180 millones de euros (30.000 millones de las antiguas pesetas). El grupo ha sido puesto bajo supervisión de un administrador judicial.

De acuerdo con los investigadores, el hotelero tenía un volumen de negocios anual de casi 36 millones de euros, pero no ingresó cuotas ni por IVA, ni por el impuesto de sociedades.

Ferré también está acusado de crear un entramado societario de alrededor de 300 empresas para poder defraudar al fisco. Estas sociedades habrían ido cambiando constantemente de domicilio, para dificultar el control por parte de los inspectores. El empresario, defendido por Gabriel Garcías, asumió en su declaración toda la responsabilidad de la gestión de su grupo y exculpó a su hijo.