Nueve millones de los 50 que podría recibir la UIB se invertirían en personal, buscando aumentar entre un 10 y un 20% la plantilla de investigadores. En cuanto a infraestructuras, la rectora se centraría en crear un centro de estudios de postgrado y un laboratorio Universitat-Empresa. El reconocimiento del Ministerio serviría además para atraer la implicación de las empresas, creando en el campus una zona de viviendas para estudiantes y profesores y un área de servicios.