Uno de los informes que ha elaborado la Guardia Civil sobre el equipamiento del "palacete" de la calle San Felio sostiene que Matas no sólo adquirió los ocho televisores a través de la tienda de electrodomésticos de Inca, sino que compró más productos que aún no han sido localizados.

Josefa Lorca, la mujer que gestionó la compra de los aparatos electrónicos, realizó una primera declaración ante la Guardia Civil en la que confesó que el dinero se lo entregó Fernando Areal, el cuñado de Jaume Matas. Sin embargo, en un segundo encuentro con la Guardia Civil cambió radicalmente de versión. Explicó que unos diez años atrás compró los aparatos sobrantes de la tienda de electrodomésticos del padre de Matas y que esperaba la oportunidad de pagar el dinero que debía a la familia. Un día, según ella, se presentó Fernando Areal en su comercio y le recordó la deuda que tenía pendiente. Le dijo que quedaría solventada si compraba una serie de aparatos de televisión que, según se ha averiguado en la investigación, fueron elegidos por el arquitecto técnico que dirigía las obras de reforma del palacete de la calle San Felio. Ni los investigadores, ni el juez ni el fiscal Anticorrupción se creyeron esta versión. Inicialmente esta mujer iba a declarar como testigo, pero, al no cuadrar su versión, el juez decidió imputarla. Cuando fue de nuevo citada a declarar al juzgado se acogió a su derecho a no contestar a ninguna de las preguntas que le iban a formular.