Más de un millar de motoristas realizaron ayer un itinerario por las calles de Palma para protestar por la colocación de guardarraíles en las carreteras mallorquinas.

Bajo los lemas "guardarraíles asesinos, por el cambio ¡ya!" y "no te cortes...¡exige!", este colectivo mostró su descontento ante este tipo de barreras, que suponen para ellos un alto riesgo de amputación o de muerte en caso de colisión. Las expectativas de asistencia de los organizadores, tal y como afirmó el promotor de la iniciativa, Pep Toni Puigserver, se vieron ampliamente superadas. La protesta fue supervisada por efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil y no colapsó el tráfico de la ciudad.

La concentración comenzó a las seis en el aparcamiento del polideportivo de Son Moix, donde además de vehículos de dos ruedas de todo tipo también se vieron algunos turismos que se sumaban a la causa. De allí, partieron hacia Porto Pi por la autopista de Andratx, por la que todos los moteros circularon a una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora para mantener la unidad del grupo. Una hora más tarde, se detenían en el Paseo Marítimo, en uno de los accesos al puerto que fue cerrado al tráfico, para entregar en el Consolat del Mar un ´Manifiesto Motero´ con sus principales reclamaciones. Después, hicieron un minuto de silencio en honor a los motociclistas fallecidos en carreteras de la isla. En el documento entregado además de instar a las autoridades a eliminar los "guardarraíles asesinos" , también figuraban peticiones como una reducción del IVA de los impuestos para los equipamientos de seguridad como los cascos.

El final del recorrido fue en la plaza de España y no en el aeropuerto como se planeó en un principió debido a que Delegación del Gobierno no concedió la autorización necesaria. Según la Comisión Interclubs, la institución "cercenó su derecho a manifestarse" al impedirles llegar al aeropuerto donde querían "informar a los turistas de los peligros de las carreteras mallorquinas" mediante panfletos.

En lo que va de año ya son 18 los motoristas fallecidos en las carreteras de la isla. La última víctima fue Javier Mayol, presidente del Tren de Sóller, quien el pasado 26 de agosto sufrió una aparatosa y mortal caída cuando circulaba en moto cerca de la entrada del túnel de Sóller y quedó atrapado en un guardarraíl.

Los organizadores señalan que "se seguirá con el tema hasta que se tomen medidas".