La 36 Copa del Rey-Mapfre marca un hito al acoger en competición a unos 2.000 regatistas a bordo de 138 barcos a partir de mañana, lunes. Una cifra de récord, sin precedentes en la historia del evento. Un auténtico reto logístico para la organización del Real Club Náutico de Palma, que debe buscar sitio donde no lo hay en sus pantalanes y diferentes instalaciones para garantizar que cada participante se sienta como en casa.

"Lo complicado es encontrar los huecos para reubicar los barcos, y que al mismo tiempo suponga la mínima complicación para los socios", explica Jaime Carbonell, gerente del Real Club Náutico de Palma. Dar amarre a 138 barcos participantes supone reubicar hasta 125 barcos de socios, con todo lo que ello conlleva. "Los socios del RCNP entienden la importancia la Copa del Rey-Mapfre y la necesidad de mover sus barcos, pero la mayoría tenemos que moverlos nosotros. Lleva tiempo, empezamos dos meses antes, pero lo conseguimos gracias a las chicas de Capitanía y a los marineros, que ya conocen quién es cada uno, dónde van, cuándo,€ La experiencia juega a nuestro favor, y por eso nos anticipamos a los problemas potenciales y buscamos opciones alternativas". Para completar las necesidades de amarre, especialmente de los barcos más grandes, hay que buscar plaza fuera de las instalaciones del club. "Ahí entran en juego las relaciones, los favores mutuos que nos hacemos los capitanes de puertos".

"Oficialmente, los amarres para la flota están disponibles desde el viernes, pero siempre hay barcos que llegan antes y hay que buscarles hueco. Este año, por ejemplo, los italianos y algunos franceses se han adelantado mucho, algunos han llegado hasta diez días antes", explica Carbonell.

Además de los amarres, varios equipos necesitan espacio para ubicar sus contenedores, especialmente los catamaranes voladores de la clase GC32 y los Maxis, que cuentan con su propia logística. "Esto nos obliga a llegar a acuerdos con nuestros vecinos: Astilleros Mallorca y Servicios Técnicos Portuarios. Sin ellos no podríamos acoger físicamente la infraestructura que acompaña a estos barcos".

La regata termina el sábado, y los barcos comenzarán a irse el domingo. "Ese día empezaremos a devolver barcos a sus amarres, pero volver a la normalidad nos lleva varios días", confiesa el gerente del club.

Entre marinería, capitanía, buzos, mantenimiento y logística, un equipo formado por 25 personas trabajan para garantizar que cada barco tiene su sitio. "Esta regata es el esfuerzo de todos. El personal del puerto trabaja turno doble y se deja literalmente la piel; las chicas de capitanía gestionan continuamente qué amarre está disponible, llaman a los socios. Hacen una labor súper importante, siempre de manera muy profesional y con una extraordinaria mano izquierda", destaca Jaime Carbonell.

Los "reyes del Tetris" en el Real Club Náutico de Palma son Eduardo Florit, Jaime Núñez, Luis Miguel Bernal, Jaime Serra, Ernersto Llofriu, David Herrera, Zuza Grochulska, Michelle, Betina Giner, Yadira Fernández, Onofre Catala, Luis Gabriel González, Pedro Cañellas, David Fuentes, Alfonso Melero, Toni Nicolau, José Sánchez, Bui Van Ngan, Xisco Prats, Carlos Troche, Miguel Ángel Forteza, Juan Orell, Luís Barranquilla, Manuel Lirola y Juan Avilés.