La campeona del mundo viaja a Liechtenstein para disputar su primer partido clasificatorio de la Eurocopa del 2012. La campeona vence en su primer compromiso oficial tras alcanzar la Copa del Mundo. La campeona sigue en racha. Iniesta y Villa hace que la campeona golee. Como estás, campeón. Eso está hecho, campeón. Así será, campeón. Dalo por hecho, campeón. Buenos días, campeón. Cómo estas, campeón. Qué bien te veo, campeón. Te felicito, campeón. Nos vemos mañana, campeón. No me falles, campeón. Que gusto conocerte, campeón. Has acertado, campeón. Qué gran intuición, campeón. Ya te lo decía yo, campeón.

Se acabó eso de llamarnos por nuestro nombre. Hemos ganado un título que dura cuatro años y ya nadie volverá a hablar de España. Hablaremos del campeón del mundo. Todos nos podemos tutear llamándonos campeones. Ya veo a la mismísima y estirada Angela Dorothea Merkel terminando la conversación con José Luis Rodríguez Zapatero y despidiéndole con un "hasta luego campeón". O al mismísimo Barack Hussen Obama terminando su charla desde el despacho oval de la Casa Blanca con un "pues quedamos así, campeón".

Yo, sin ir más lejos, no pienso aceptar otro trato, sobre todo en las salas de prensa de los grandes premios de motos donde los italianos se creían los reyes del mundo, del mambo, de la modo, de las carreras, del Mundial, que no sea el de "cómo estas, campeón". Y así va a ser durante los próximos cuatro años porque, que lo sepan, lo más grande que tiene el título conquistado, no solo es que es el más enorme que se puede conquistar, es que dura cuatro años.

Buenas noches y nuevas suerte, campeones.