El presidente del Valencia, Juan Bautista Soler, aseguró que hasta última hora se estuvo esperando una respuesta de la Federación Española de Fútbol para suspender el Osasuna-Valencia, por la muerte de la hija de Caneira, pero al no poder contactar con Angel María Villar se vieron obligados a jugar el encuentro en El Sadar.

Soler indicó que hubo acuerdo entre los clubes y subrayó la disponibilidad de Osasuna y su presidente, Patxi Izco, pero señaló que ello no era suficiente para aplazar el encuentro al considerar el árbitro, Bernardino González Vázquez, que no había una causa de fuerza mayor. "No era suficiente con el acuerdo entre los dos equipos. Osasuna y su presidente, Patxi Izco, estaban a favor de la decisión del Valencia, y se hubiera suspendido si hubiera llegado una respuesta de la Federación", afirmó Soler el mismo domingo.