Desde que se descubrió que el tabaco era perjudicial para la salud, se ha ido investigando la magnitud del impacto de este en fumadores y más recientemente en lo que se llaman fumadores pasivos. Una de las agencias más implicadas en este asunto es la agencia internacional para la investigación sobre el cáncer ( IARC), la cual estudió a más de 6700 pacientes y concluyó que el riesgo de padecer cáncer de pulmón si estás casado con un fumador es del 20% en mujeres y el 30% en hombres.

Los datos obtenidos, son sin duda alarmantes y por ello se ha querido profundizar en el tema, para ver que otros factores aumentan o disminuyen el riesgo que tiene el ser un fumador pasivo. Un factor importante que se ha tenido en cuenta es su predisposición genética.

En cuanto a esto último, se ha visto que hay algunos genes que cuando se exponen al humo del tabaco pueden predisponer a padecer enfermedades. Concretamente, se han encontrado algunos que empeora la capacidad del cuerpo de depurar las toxinas del tabaco encargadas de producir cánceres de pulmón, con las consecuencias que esto conlleva. Por otro lado, la mayor concentración de nicotina en sangre está muy relacionada con la futura aparición de problemas de corazón.

Aunque haya factores que contribuyan a la aparición de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, su efecto por si sólo es innegable por lo que el estudio concluye que se deben seguir aplicando políticas de prevención.

Según el Dr. Carbonell es importante potenciar todos aquellos tratamientos orientados a conseguir la deshabituación tabáquica y reforzar todas aquellas estrategias para no trivializar el consumo de tabaco.

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