Dos enormes hormigas y el trepidante sonido de la percusión abrieron ayer sa Rua 2009. El tradicional recorrido de la mayor concentración anual de disfraces (este año invertido, desde la Rambla hasta el Passeig Mallorca) se quedó pequeño. Casi tres horas de desfile superaron todas las expectativas: entre 70.000 y 80.000 personas congregadas -el doble que el año pasado, según la Policía Local-. Las grandes cifras se repetían con la mayor participación de carrozas y comparsas (un 50% y un 73% más, respectivamente), alta participación de los grupos quizás atraídos por los 14.000 euros en premios, el triple que en 2008.

El éxito de esta edición dejó patente la gran devoción por el carnaval, en auge más que nunca: abejas, fichas de monopoly, piratas y fregonas acompañaron a los clásicos homenajes a Disney (este año dos: Mary Poppins y la Bella y la Bestia -ambas carrozas con uno de los diez cuartos puestos de 200 euros-).

Las fotocopias de billetes fueron el elemento más repetido este año para parodiar la crisis, falsa moneda que, en una de las primeras carrozas, manejaron las manos de unas banqueras vampiresas seguidas de personas en paro. La caricatura de la actualidad llegó con la Congregación San Obama, una cuadrilla de monjas adorando a un pletórico presidente estadounidense a ritmo de la celebérrima banda sonora de Sister Act. El humor como tópico carnavalesco contagió incluso a varios vecinos de el Molinar que se autoparodiaron así mismos como amas de casas en bata pidiendo que no se construya el centro de transeúntes en sa Gruta. Tras ellos, dos grandes heces abrieron una comitiva de personas aferradas a un inodoro bajo el lema Sa crisis ens té esquigassats, con música de Ossifar de fondo.

Entre las coregrafías mas animadas, el homenaje a Bollywood de los vecinos de Cas Capiscol y la música pegadiza utilizada por unos zombis siguiendo a ritmo de Thriller a un rejuvenecido Michael Jackson.

Las mejores carrozas y comparsas se hicieron esperar hasta el final. La alegría de los payasos de Posa color a la teva vida, serà més divertida bailando ritmo de En el coche de Papá fue todo un espectáculo de animación (carroza y comparsa se llevarían el tercer premio de cada categoría, ambos de 500 euros). Casi al final, el séquito de copas en honor a la noche de La festa de cóctel puso las últimas notas musicales realmente vibrantes (se llevaría el segundo premio de 1.000 euros a la mejor carroza).

Por último, un grupo de Bolivia, país invitado que tuvo hasta cuatro comparsas, cerró definitivamente la comitiva con elaboradas coreografías y vistosos trajes de colores.