La Pastisseria Real, emblema gastronómico en la isla, ha dejado una huella imborrable desde su fundación por la familia Gelabert en Llubí el año 1974. Aunque su recorrido abarca ya cinco generaciones de panaderos, la Pastisseria Reial sigue siendo una empresa familiar que mantiene sus recetas tradicionales así como su esencia a lo largo de los años.