Los turistas se van de Mallorca y llegan los patos silvestres, coincidiendo con el final de su periodo de migración desde el Norte de Europa hasta climas más templados. Normalmente buscan zonas próximas a la costa, estanques o albuferas donde descansar de su viaje y alimentarse. Pero en la isla, una piscina al borde del mar, en unos apartamentos turísticos ahora vacíos y cerrados por la temporada baja, pueden convertirse para estas aves un lugar ideal para el descanso.

Es lo que ha ocurrido en la gran piscina de los apartamentos turísticos Verdemar de Santa Ponça, ubicados en el número 14 de la calle Ramon Moncada, en el núcleo turístico de Calvià. Allí una colonia de patos se ha instalado en su piscina, a pocos metros del mar. Y en esa zona ahora sin turistas y escasamente transitada pasa los días transquilamente, nadando en la piscina y aprovechando las buenas temperaturas de la mañana.