Los vemos frente a las vallas, rodeando el perímetro desplegado para garantizar la seguridad en esta sesión de investidura. A un lado y al otro de la Carrera de San Jerónimo las consignas son las conocidas, pero el perfil de los varios centenares de concentrados no responde a un solo patrón. Están algunos exaltados; los más indignados se hacían notar, pero la mañana apenas ha congregado a varios centenares de personas que mostraban su frontal rechazo a la investidura de Pedro Sánchez. Presencia de curiosos ajenos a esos postulados. Y más allá de la tensión en la llegada y la salida de algunos diputados, no se han producido momentos de gran tensión, aunque el dispositivo estaba preparado para ello. El presidente del Gobierno en funciones y candidato ha entrado por una puerta que no es la habitual. Y los controles peatonales han estado y estarán vigentes hasta que todo acabe.