La esfera de en Figuera, ubicada en la tercera planta del edificio más antiguo de Cort, es la cara visible del antiguo relojcuya historia se remonta al año 1386. Más arriba, en un habitáculo al que se accede por una estrecha escalera, se encuentra la compleja maquinaria del reloj, conectado a una campana de más de 1.800 kilos que sonará doce veces (18, contando los cuatro cuartos) la noche del 31 ante la mirada de la multitud.

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‘En Figuera’ espera su gran noche: El reloj de la plaza de Cort, ya engrasado para dar las campanadas de Nochevieja

El mecanismo de ‘En Figuera’ se divide en tres partes, explica Biel Julià: «Una se encarga de hacer sonar los cuartos, otra la campana de las horas y la parte central hace funcionar las agujas. Se van activando a través de palancas y transmisiones». Biel Julià y su padre, Antoni Julià, son los relojeros que se encargan de velar por que nada falle. Se muestran tranquilos y convencidos de que todo saldrá bien: «Es de buena calidad y la hora, aunque hay que controlarlo, suele variar muy poco. Igualmente, mis padres suelen tomar las uvas dentro del reloj para tenerlo todo bajo control».