"Como todas las mujeres deberían hacer, amo mi cuerpo", aseguró la actriz de The Ghost Whisperer en un comunicado difundido su página web, en el que asegura haberse mordido la lengua durante mucho tiempo sobre el modo en que "los cuerpos femeninos son constantemente escrutados".

La joven, de 28 años, explica que la publicación de esas fotos, que han valido para que algunos medios de comunicación le atribuyan unos kilos de más, no le enfada por lo que a ella le concierne, "sino por todas las chicas que luchan contra la imagen de sus cuerpos".

"Esta es la última vez que refiero a este tema. Una talla 2 (XS, 36) no es de gorda, ni lo será nunca. Y tener una talla 0 no te convierte en guapa", argumenta la actriz.

En su página web también lamenta que "tendría que estar celebrando algunos de los mejores días de mi vida y mi compromiso con el hombre de mis sueños (el actor de televisión escocés Ross McCall, de 31 años), en lugar de estar lidiando con fotógrafos que toman fotos intrusivas desde malos ángulos".

"Sé cómo soy, y mis amigos y familia también lo saben", apunta la actriz, para terminar animando a todas las chicas con "culo, tetas, caderas y cintura, a que se pongan un bikini y se mantengan fuertes".