Síguenos en redes sociales:

Deporte

Cuando el deporte se convierte en una obsesión

El ejercicio físico puede suponer un riesgo para la salud si no respeta determinadas claves

Cuando el deporte se convierte en una obsesiónGetty Images

Practicar deporte ayuda a liberar endorfinas, relajarse, mejora el estado físico, la autoestima, confianza y, además, sirve para combatir la obesidad, mejorar la fuerza, el estado de los órganos y prevenir la aparición de trastornos psicológicos como la depresión, ansiedad o el estrés.

Además, tal y como ha añadido la autora del libro 'La medicina emocional', Marisa Navarro, la concentración, el mejor funcionamiento intelectual y el desarrollo cognitivo que provoca la práctica de deporte ayuda a luchar contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia senil, y otras como la diabetes, los accidentes cerebro vasculares, la osteoporosis y el cáncer.

Sin embargo, el deporte mal practicado puede poner en riesgo la salud, produciendo lesiones físicas más o menos graves, y el desarrollo de obsesiones o depresión. Por ello, la experta ha enumerado los principales casos en los que el deporte se vuelve un peligro más que un aliado:

1. Cuando le dedicamos todo nuestro tiempo libre, descuidando otras actividades, en cuyo caso puede llegar a producir, vigorexia que es un trastorno asociado a la adicción al ejercicio físico y a su práctica de forma compulsiva.

2. Cuando nos centramos sólo en el beneficio estético, y es que acudir al gimnasio solamente con la intención de buscar un modelo corporal concreto es un error que acaba haciendo que te compares con los demás y te sientas mal. Cada cuerpo es diferente, con una estructura ósea, unos músculos y un metabolismo determinado.

3. Cuando la actividad no concuerda con nuestras capacidades. Debemos realizar un deporte acorde con nuestras capacidades. Esto evitará las posibilidades de fracasar, lesionarnos o abandonar.

4. Cuando no aceptamos que una lesión nos impide desarrollar el deporte que nos gusta o cuando las marcas, las metas o los entrenamientos ya no son o tienen la misma intensidad que antes, y esto nos hace sufrir y lleva incluso a muchas personas a la depresión, como vemos en algunos atletas de élite, cuando finalizan su carrera deportiva. Para que no ocurra, hay que cambiar el punto de vista, y ver el deporte como salud, no como competición.

5. Cuando pensamos que por haber hecho algo de deporte, tenemos vía libre para atiborrarnos y no cuidar nuestra alimentación u otros aspectos de nuestra vida. El deporte tiene que estar acompañado de una alimentación equilibrada y saludable, ya que las malas prácticas alimenticias acaban degenerando en alteraciones metabólicas y hormonales.

Pulsa para ver más contenido para ti