Marina Castaño dedica en 'El Confidencial' una carta al que fue su marido, Camilo José Cela, con motivo del vigésimo aniversario de su fallecimiento. “Es mentira, Camilo José, que 20 años no es nada, como dice el tango, es mentira. ¡No sabes qué cantidad de cosas pasaron desde que te fuiste al ‘país de nunca jamás’, como Peter Pan”, comienza la misiva, en la que se mezcla la crónica política y social con momentos biográficos, además de referirse al episodio de la ahora Fundación Pública Camilo José Cela.

Tras mencionar el atentado yihadista de Atocha, expone las consecuencias que el ataque, a la postre, había tenido en el organismo creado para proteger la memoria dele escritor: “Hizo cambiar el rumbo que estaba tomando España en unas elecciones previstas para dos días más tarde que las ganó en contra de todo pronóstico un tal Rodríguez Zapatero, que llevó a nuestro país casi hasta el rescate, con un nivel de paro nunca alcanzado anteriormente; con una crisis económica que impidió que la Fundación que lleva tu nombre, que juntos levantamos para perpetuarte en el tiempo, dejara de tener carácter privado por la falta de subvenciones de los bancos y las empresas que siempre nos apoyaron”. Así, señala, en 2011 tuvo que "entregarla a la Xunta”.

Tu legado, por desgracia, está desperdigado. Los cuadros de Picasso, de Miró, de Zabaleta, etc, lucen en despachos oficiales. Bueno, los que quedan, porque ahí metió mano tu pariente cercano. Fíjate qué amargura: lo que tú quisiste guardar allí para siempre se lo está llevando quien tú no querías que lo hiciera”, agrega después, en alusión a los pleitos mantenidos con el hijo de Cela por la herencia.

Y tampoco se olvida Marina Castaño de que durante estos años algunos de sus amigos les traicionaron. "No te extrañará. Suele ocurrir. Umbral, dos meses después de tu marcha, sacó una basura que tituló ‘Cela, un cadáver exquisito’. Deleznable. Se murió, por cierto. Marquina, que también acaba de morirse, sacó otras páginas repugnantes”.

La viuda de Cela comenta que ahora se vive un "momento de estupor, con un virus que desde hace dos años nos tiene en vilo”. En ese sentido, refiere el fallecimiento a causa del covid de algunos amigos de la pareja, como Griñón, Alberto Elzaburu o Alfonso Cortina.

En la carta también hay espacio para arremeter contra el actual Gobierno, en el que a su entender hay ministras "que producen vergüenza al género femenino", y para criticar la pelea de la Real Academia Española (RAE) la "memez" del lenguaje inclusivo. "Se lo han sacado de la manda las feministas y ya ni quiero contarte lo del tercer género que están usando, con el 'niña, niño y niñe'. ¡Pura demencia!". Del capítulo político, en todo caso, avisa que lo que más tristeza le puede causar al difunto es la situación de Juan Carlos I, que lleva más de un año "exiliado" en Abu Dabi. "Tú, que tanto lo quisiste, sé que lo vas a sentir, como yo lo siento también".

En última instancia, Marina Castaño le cuenta a su marido fallecido que ha rehecho su vida con el doctor Enrique Puras. "¿Te acuerdas cuando le decías [a la editora Carmen Barcelles] en broma que cuando tú faltases yo me casaría con un torero? Pues no, nueve años después de tu ausencia apareció Enrique, que es cirujano vascular. Te respeta y te honra, como persona sólida e íntegra que es. Ya ves, de la intelectualidad a la ciencia. Un salto en el vacío que llevamos con buen equilibrio". Para una ocasión futura de el contarle "más cosas".