"Yo también soy berlinés", dijo el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy el 26 de junio de 1963 en Berlin occidenta. Ayer el mundo fue berlinés y celebró como día de la libertad y de la democracia la caída del Muro hace veinte años.

En muchos lugares, los artistas hicieron frente a los retos de la histórica fecha. En Londres un matrimonio de artistas levantó un muro de hielo de 3,5 metros de altura frente a la embajada alemana de Belgrave Square, que se fue derritiendo paulatinamente con las temperaturas otoñales.

Las mayores celebraciones tuvieron lugar en París. Unos 100 artistas, cantantes y músicos representaron artísticamente el camino de la división de Europa a la reunificación. Mientras, en las escalinatas de la Plaza de España en Roma se montó una instalación multimedia en la que resonaba la canción Another Brick In The Wall de Pink Floyd. El alcalde romano, Gianni Alemanno, aseguró que la caída del Muro marca el ´año cero´ de la época actual.

Además en la capital búlgara Sofia se derribó un muro a modo simbólico, al igual que en otras ciudades de todo el mundo, muchas de ellas en Estados Unidos.

Por otra parte, cientos de palestinos arrancaron ayer un fragmento de muro de unos ocho metros de altura de la línea divisoria israelí en Cisjordania, en recuerdo del vigésimo aniversario de la caída del Muro berlinés.

Mientras, en Corea, los ciudadanos del Norte y el Sur soñaron ayer con derribar el último muro de la Guerra fría que aún pervive. La "tierra de nadie" de 4 kilómetros, establecida bajo el cese del fuego que puso fin a la guerra de Corea de 1950-53, se extiende a lo largo de 245 kilómetros y divide la península con alambres de púas, minas terrestres y uno de los arsenales más grandes del planeta.