"Todos los policías, en una situación así, tenemos el impulso de entrar y tratar de rescatar a la gente, pero es importante saber hacerlo", ha resumido esta mañana el oficial de la Policía Nacional Pablo González, jefe de la patrulla que en la madrugada de ayer salvó a una familia en un incendio en un piso de la Carretera de Valldemossa, en Palma. Los tres miembros de la patrulla del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) tuvieron que ser asistidos por intoxicación de humo, junto a otros dos policías y los tres rescatados, aunque todos se encuentran bien.

El oficial González, junto a sus dos compañeros, Tomeu Barceló y Tomás Carrecedo, han explicado esta mañana cómo fue la intervención en el incendio, declarado a las dos menos cuarto de la madrugada de ayer en un segundo piso de la Carretera de Valldemossa. "Nos dirigíamos a nuestra base cuando recibimos el aviso del incendio", comenta. "Estábamos muy cerca así que fuimos los primeros en llegar". El oficial relata que pusieron en práctica las enseñanzas recibidas en un curso impartido por los Bombers de Palma hace apenas un año. Tenían claras las pautas a seguir. "Lo primero es dejar espacio a los vehículos de los bomberos. Los vecinos nos abrieron la puerta y nos dijeron que había gente dentro del piso incendiado. Tocamos la puerta para comprobar la temperatura y la abrimos a patadas. Una vez dentro, uno de los compañeros fue al foco del fuego, en la cocina, para tratar de sofocarlo con un extintor, o al menos contenerlo, mientras que los otros dos buscamos a gritos a los atrapados. El hombre nos dijo que estaban con una anciana que no podía caminar".

El interior de la vivienda estaba lleno de humo y la visibilidad era nula. Los agentes se acercaron a gatas a los residentes para tratar de evitar respirar el humo. "Cuando llegamos al salón, donde estaban las tres personas, las tranquilizamos. Cogimos a la pareja de la mano y les ayudamos a salir, siempre a gatas. Luego volvimos con la anciana. Intentamos esperar a que llegaran los bomberos, pero era demasiado arriesgado, así que decidimos sacarla". El agente Tomás Carrecedo cargó a la señora mientras el oficial le guiaba. En ese momento llegaron otros policías y todos lograron salir al exterior. "Fue entonces, cuando ya estábamos fuera y nos bajó la adrenalina, cuando empezamos a notar los efectos de la intoxicación por el humo".

El que salió peor parado fue Tomeu Barceló, que había quedado en la cocina tratando de contener el fuego. "Hice una primera descarga del extintor y parecía que se había apagado", comenta, "pero en cuanto me giré se reavivó. Con la segunda descarga vacié el extintor y me vino encima todo el humo y el gas. En ese momento me desorienté. Estaba mareado, pero otro de los compañeros que había llegado después me ayudó a salir".

Los integrantes de la patrulla del GOR son tres veteranos, con más de quince años de experiencia. El oficial González explica que es ya el tercer incendio de estas características en el que interviene. Por eso destaca la importancia del curso que recibieron hace apenas un año de los Bombers de Palma, que les inculcaron unas pautas básicas de intervención. "Lo primero es facilitar la llegada de los bomberos e informarles del acceso más fácil", comenta. "Y luego tener claras las normas para nuestra propia protección. En una situación así todos los policías tenemos el impulso de entrar y rescatar a la gente, pero es importante saber hacerlo bien".