La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma retomó ayer el juicio al clan de los Pelúos, en el que dos de los 23 acusados se declararon inocentes. Todos ellos se enfrentan a penas que suman más de 104 años de prisión por, supuestamente, aprovecharse de viviendas desocupadas, manipular sus cerraduras, acondicionarlas y, posteriormente, alquilarlas de manera irregular.

A estas personas se les acusa también de un delito de coacción, tenencia ilícita de armas, defraudación del fluido eléctrico y del agua y usurpación de la vivienda.

En la segunda sesión del juicio, celebrada ayer, solo dos de ellos quisieron declarar. El primero, según el escrito del fiscal, está acusado de arrendar las viviendas una vez estas habían sido adecentadas. El hombre negó los hechos y aseguró no tener ningún tipo de relación con los componentes del clan.

El segundo, hermano de otros dos acusados, negó también formar parte de los Pelúos y dijo que lleva más de quince años sin tener relación con su familia por asuntos personales. A esta persona se le acusa de romper las puertas y las cerraduras, acceder a las viviendas y, posteriormente, acondicionarlas.

Los hechos ocurrieron entre octubre de 2013 y mayo de 2014, cuando los 23 acusados supuestamente se encargaban de usurpar estos pisos, localizados principalmente en la zona de Son Gotleu, aunque también en la Soledad, Cala Mayor, Polígono de Levante y el Arenal de Palma, siendo la mayoría de ellos propiedad de entidades bancarias. Al parecer, los acusados alquilaban ilegalmente estas viviendas a terceras personas vulnerables, como migrantes, con recursos limitados e incluso menores de edad que, por razones de necesidad, aceptaban el alquiler.